Por la boca… Saben aquel que diu…

Éramos pocos y a los políticos catalanes les ha dado por ponerse ‘jocosillos’  y dedicarse a parir chistes de tertulia de taberna barriobajera. Pero la realidad les deja siempre con el trasero al aire porque no se han enterado que el catalán que, de verdad, tenía gracia, era Eugenio.

No se sabe el tiempo que haya podido tardar Francesc Oms, portavoz de la Generalitat, en parir la parida que parió en Suiza: ‘La abdicación es para continuar el negocio familiar’. Aunque no tiene la menor gracia, da risa escuchar a un militante de Convergencia i Unió, hablar de negocios familiares, aunque hay que reconocerle que lo que es conocer y dominar el asunto, lo conoce y lo domina.

No contentos con hacer el ridículo, en cuanto abren la boca, los políticos de Convergencia i Unió, se dedican con denuedo a machacar todo lo que suena a España y a español. Da lo mismo y puede ir desde la Corona hasta el vino de Valdepeñas, pasando por la pensión que nos dan a todos los españoles para que comamos gracias a sus esfuerzos, la prohibición de los toros o de los plátanos canarios. Todo vale para estos señores que se ven perdidos en las urnas gracias a la Esquerra y que se han metidos ellos mismos en el callejón sin salida de una consulta ilegal y que, de llevarse a cabo, no tendrá ninguna consecuencia jurídica, ni constitucional, ni territorial.

Les cuesta ponerse de acuerdo entre ellos. Mas viene y Duran se va. Parece seguro que Artur Mas ha recapacitado y estará en Madrid para la proclamación, como Rey de España, del Príncipe de Asturias. No es que su presencia sea muy necesaria, pero mejor es así, aunque siempre es de temer alguna declaración, no por repetida, menos extemporánea.

Y se dice que Duran i Lleida se marcha de la política. Va a ser difícil tragarse eso de los ‘motivos personales’.  Al parecer confirma que se abstendrá en la Ley que se votará sobre la abdicación, pero, en sus propias declaraciones, ha afirmado que no está contento ni tranquilo con esa abstención.

O sea, ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Si se va, se va a ir por la puerta de atrás por mucho que en su partido y en su coalición nos hablen de normalidad.

Que Duran i Lleida se vaya de la política –en este caso ‘madrileña’- y que se vaya precisamente ahora, es todo, menos normal.

Claro que a lo mejor es un chiste que no entendemos. Solamente entendíamos los de Eugenio. 

 
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