Por la boca… Ni acontecimientos ni adelantos

Ni Mariano Rajoy adelantó nada, ni anunció ningún acontecimiento. Pese a la magnífica e incisiva entrevista que le hizo Gloria Lomana, una vez más Rajoy habló de futuros, de una hipotética separación de poderes que solamente existe en su mente, de planes que nadie conoce y de sus pesares por tener que tomar medidas que no le gustan.

Y cuando, premeditadamente o no, se mojó en el asunto de la Infanta Cristina, de inmediato –y ante la repregunta rápida de Lomana- tuvo que dar marcha atrás. ‘A la Infanta las cosas le van a ir bien’ Entonces, dice la periodista de Antena 3, ¿no va a haber juicio? Y la respuesta se perdió en eso tan socorrido de la presunción de inocencia.

Y poco más. Nada de Cataluña que no se supiera; nada de la futura ley del aborto que no sea del dominio público; nada sobre la doctrina Parot. Lomana pregunta: ¿llegó usted tarde? Sin respuesta concreta. Pero no es que llegará tarde, es que no llegó.

En cuanto a la economía, su gran preocupación, sí se van a bajar impuestos en el 14, pero no será efectivo hasta el 15. Sabe el presidente de las penurias y de los sacrificios de los españoles, y lo aprecia y lo agradece. Pues es un consuelo.

Y en los primeros cinco minutos si el presidente no dijo cienes y cienes de veces eso de ‘no adelantar acontecimientos’ es que no lo dijo ninguna.

Eso sí, nos enteramos de que para que los etarras no puedan ser elegidos en ninguno de los comicios que se avecinan, ya se ha pedido un informe para una posible ley que lo impida. Y es que no hay que adelantar acontecimientos.

También nos enteramos de que lo peor ya ha pasado. Pero nadie nos dice qué es y qué va a ser lo peor, porque tampoco hubo una respuesta clara a la pregunta de si nos esperan más recortes.

Y tras la pregunta sobre lo de ‘Gamonal’ supimos que la sociedad española está siendo ejemplar y que el alcalde de Burgos es dueño y señor de sus decisiones.

Tampoco en el jardín del aborto en el que se ha metido el Gobierno, está dispuesto el presidente a adelantar acontecimientos. Se supone que habrá que esperar a estar embarazados. Lógica pura.

 

De lo que sí nos enteramos es de las lecturas de Mariano Rajoy. Ha leído –hay que reconocerle el mérito- las memorias de Aznar y las de Rodríguez Zapatero; aunque, como no podía ser menos, está más de acuerdo con Aznar que con Zapatero. Una aclaración que, valga la redundancia, aclara mucho a los españoles que están en el paro.

En la entrevista quedó claro que la corrupción es lamentable, y que hay que hacer un gran esfuerzo, y que el presidente ya no se cartea con Bárcenas por SMS. Todo un adelanto de acontecimientos.

Gloria Lomana volvió a meter el dedo en la llaga cuando afirmó que en lo único que se han puesto de acuerdo Rajoy y Rubalcaba ha sido en repartirse los puestos en el Consejo General del Poder Judicial. Sin respuesta mínimamente coherente.

Y sin querer adelantar acontecimientos -¡vade retro!- cualquiera podía haber adelantado el acontecimiento de la entrevista que, una vez salvada la gran profesionalidad de Gloria Lomana, se quedó en la más mínima expresión que puede ofrecer un presidente de Gobierno.

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