Por la boca… Ni contigo ni sin ti

Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo no pueden estar más claros, al menos por lo que a España se refiere. Voto –o si se quiere abstención- de castigo al Partido Popular que sufre una enorme sangría de votos, rechazo frontal al Partido Socialista, a su candidata y a quién la puso ahí y subida espectacular de la extrema izquierda, antisistema, descontentos, antieuropa y gobierno en la calle.

Los del sistema, incluida Izquierda Unida, a pesar de la subida, sufren un varapalo claro y alto.

Como ya nos sabíamos de memoria la valoración que, esos partidos, iban a hacer de los resultados de los comicios, sería bueno que alguien se aplicara a enterarse de qué es lo que dicen los propios ciudadanos de esos resultados, con independencia de lo que hayan votado e incluso con independencia de que ni siquiera fueran a votar.

Posiblemente la ciudadanía esté pidiendo un cambio en el fondo y, por supuesto, en las formas. Es muy posible que al desasosiego por la crisis económica que -lo quiera o no Rajoy- sigue instalada en las casas y en las vidas de millones de españoles, se haya unido el hartazgo por una política y por unos partidos de corte decimonónico, en los que hay de todo menos democracia y que los votantes estén pidiendo algo nuevo y algo que sea más acorde con el S.XXI.

Pero ni contigo ni sin ti parece que nuestros males tengan un remedio inmediato, porque todo va a seguir igual. Izquierda Unida insiste en su cantinela de la falta de legitimidad del Gobierno (¿) y pide ya la disolución de las cámaras, la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales.

El Partido Socialista bastante tiene con lo que tiene y se ve abocado a unas primarias a las que ya se ha presentado como renovación (¿) Carmen Chacón y en el que, mientras Elena Valenciano se va de rositas a vivir su vida europea, Pérez Rubalcaba se tragará lo que venga, cada vez más solo.

Y los populares a lo suyo que es la economía, sin enterarse que gobernar es algo más que tener un comisario europeo.

Mientras, los nacionalistas ven como sus compañeros de viaje les pasan como si fueran ‘ferraris’ y los pequeños partidos no existen, y los que existen, existen poco sobre todo en Europa.

‘Podemos’ es la fuerza emergente. No se entiende muy bien por qué algunos hablan de sorpresa. Han sido demasiadas fotos en la Carrera de San Jerónimo o en la Puerta del Sol y los besos, aunque sean en la mejilla, los va a pagar la izquierda instalada.

 

Y ese es el dilema de muchos ciudadanos. La patada en el trasero ha sido clara y contundente. Ahora hay que averiguar en qué trasero va a caer el puntapié y es de temer que, como siempre, sea en el nuestro.

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