Por la boca… El discurso del candidato: ¡¡¡qué bonito, qué bonito!!!

Pedro Sánchez en el discurso de investudura
Pedro Sánchez en el discurso de investudura

A un discurso frívolo por superficial, vacío por ambiguo y retórico por escaso de contenido, quizás deba de corresponder un juicio igualmente superficial, de primera mano y de impresiones a “pie de escaño”. La realidad es que con media hora, barroquismos aparte, el discurso hubiera sido el mismo.

Tras el discurso de Pedro Sánchez, con el que abrió la sesión de investidura, podríamos esperar a escuchar eso de las réplicas y las contrarréplicas que es en dónde realmente va a estar lo mollar del debate o, mejor todavía, aguardar al resultado de las negociaciones entre el Partido Socialista y Podemos que es el ámbito en el que de verdad se está jugando lo que puede ser España en los próximos cuatro años.

Pero como tampoco los portavoces de los partidos han esperado, y nada más dar las gracias el candidato, se han lanzado sobre los micrófonos a valorar las dos horas de palabrería del candidato, es como si se hubiera abierto la veda y sin apenas esperar y sin demasiada reflexión, la valoración está servida.

Claro que a un discurso frívolo por superficial, vacío por ambiguo y retórico por escaso de contenido, quizás deba corresponder un juicio igualmente superficial, de primera mano y de impresiones a “pie de escaño”. La realidad es que con media hora, barroquismos aparte, el discurso hubiera sido el mismo.

No hay un contenido nuevo, ni una propuesta original y todo se ha basado en eso que se llama el programa social del PSOE, necesariamente hay que entresacar asuntos y frases que, sin demasiado que ver entre sí, a no ser el sonsonete fácil de presentar una España que fue oscura, desdentada y arrugada frente a la España que va a conseguir Sánchez a la que ha calificado de referente mundial (?) en muchos aspectos.

El discurso ha sido más bien enrevesado y más bien lioso. No era fácil seguir los razonamientos, quizás porque no los había.

Por ejemplo:

-Habla de la eutanasia y de su intención de ponerla en marcha de forma inmediata y a renglón seguido se refiere a los derechos digitales.

-Plantea la libertad de conciencia, para seguidamente referirse al voto de los españoles que viven en el extranjero

 

-Alude al bienestar animal y sin solución de continuidad nos entretiene con los  problemas de la ludopatía.

Eso sí, nos hemos enterado de que, gracias a Pedro Sánchez y su futuro gobierno, en verano hará menos calor y en invierno menos frío, Sánchez va a cambiar el clima gracias a una ley. (Me pido una temperatura media de 25º)

Se va a dedicar a indagar en la verdad de la historia porque una democracia no puede tener un mausoleo al dictador…O sea.

Pero tenemos que estar muy contentos porque “nos espera un tiempo apasionante que va a figurar en los libros de historia”.

Tenemos que estar muy contentos porque vamos a vivir en una especie de arcadia feliz en la que la enseñanza va a ser referente mundial; en la que las pensiones van a ser un referente mundial; un referente mundial en el que todos tendrán vivienda y los jóvenes se podrán emancipar y el empleo será fijo y digno. Y como Sánchez ha detectado que hay pueblos en los que no hay médico, ni farmacia, ni agencia bancaria, va a poner más guardias civiles en esos pueblos. Más coherencia imposible.

Tenemos que estar muy contentos porque Sánchez nos enseña que tenemos un estado autonómico que ha servido para cohesionar España. Cohesión como la del examen de ingreso en la universidad, cohesión en la lengua, cohesión en la fiscalidad y en la financiación, cohesión en la sanidad… Unas autonomías que han servido para que todo español pueda elegir el sitio donde quiere vivir (si es que habla catalán, euskera, gallego, mallorquín o valenciano).

Y para avanzar, le da carnaza al comunismo de Podemos que, como todos sabemos, es uno de los sistemas más avanzados del mundo.

Pedro Sánchez solamente ha mostrado en su discurso un agujero negro que con toda sinceridad no ha querido ocultar: Al principio de su discurso, nuestro sistema sanitario era el primero del mundo, a los pocos minutos nuestro sistema sanitario era el tercero. Una bajada vertiginosa, que pone en tela de juicio una buena gestión.

Mentiras, sofismas, vaciedades y despropósitos, un lío.

Pero lo mejor está por llegar. Esto ha sido solo un mal ensayo. Lo importante es avanzar. No se sabe hacia dónde ni hacia qué, pero avanzar.

Y si sabe es peor.

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