Por la boca: Gobierno de Sánchez: o mentirosos o tontos

Los miembros del Gobierno de Pedro Sánchez.
Los miembros del Gobierno de Pedro Sánchez.

Que mientan y engañen es algo que puede quedarse en el ámbito político y en la lucha de partidos hasta las siguientes elecciones, pero que sean tontos es un problema para todos los españoles.

Alguien dijo que si ves venir un tonto y un toro, te vayas a por el toro. Y es que los tontos son muy peligrosos y si tienen poder, constituyen un auténtico desastre.

Con el gobierno de Sánchez es muy difícil hacer la distinción entre lo que supone la maldad de la mentira y de la falacia continua y lo que es la memez del tonto.

Cada día y a cada momento tenemos muestras de mentiras y de engaños en todo y para todo lo que supone la gestión del ejecutivo; pero también tenemos muestras inequívocas de ciertas  carencias mentales

En los últimos días hemos constatado dos ejemplos bien significativos.

La aventura que ha corrido, en Barajas y de madrugada, el ministro Ábalos tiene evidentemente un componente de maldad y de tratar de encubrir no sabemos muy bien qué, en las relaciones del gobierno que vicepreside Iglesias con la Venezuela de Maduro. Una aventura que permite hacer toda clase de conjeturas que pueden ir desde el chantaje de Iglesias a Sánchez para que “trague” todo lo que supone Maduro, hasta las oscuras relaciones de algunos socialistas, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, con la dictadura comunista de Venezuela. Engaños y mentiras, pero engaños y mentiras mal gestionados.

Las explicaciones, las justificaciones y las exculpaciones de Ábalos –aparte de mentirosas- son tontas y memas. Si es cierto lo que dice -incluso en cualquiera de sus versiones- lo que tenía que hacer, el “mandado” de Marlaska, lo ha hecho muy mal y ha demostrado estar escasito de luces para las tramas políticas y las gestiones diplomáticas por poco complicadas que sean. Si lo que dice que hizo es mentira, la escasez de luces se evidencia más aún por cuanto no ha engañado ni podía engañar a nadie con unas explicaciones que son memas, incluso tratándose de Ábalos.

Y el paseo de Sánchez supervisando desde el aire la catástrofe provocada por el ciclón que han sufrido algunas regiones, abunda en esa idea. Si es verdad que utilizó un helicóptero sustrayéndolo a las tareas de búsqueda de un ser humano cuya vida peligraba, se trata de una maldad que se podía haber evitado de mil maneras. Si todas las explicaciones que se han dado son falsas, una vez más, estamos ante la memez absoluta, aunque en este caso sea más colectiva que la exhibida por Ábalos de forma individual.

O tontos, o malos. O memeces, o maldades.

 

Que mientan y engañen es algo que puede quedarse en el ámbito político y en la lucha de partidos hasta las siguientes elecciones, pero que sean tontos es un problema para todos los españoles. El problema es que los presuntos tontos o los presuntos malos, están en el gobierno y eso ya es más peligroso, porque toman decisiones que atañen directamente a nuestra vida como ciudadanos.

Y hay otro problema añadido y es que la maldad de los malos y la memez de los memos, no son incompatibles.

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