Por la boca… La ‘grandeur’ de Ciudadanos

Manuel Valls, ex primer ministro de Francia.
Manuel Valls, ex primer ministro de Francia.

Lo decía el general de Gaulle en sus memorias: ‘La France ne peut ètre la France sans la grandeur’. Claro que esa ‘grandeur’, muchas veces era impostada y no tan grande como le parecía a de Gaulle.

Lo mismo parece pasarle a Albert Rivera. Es como si dijera que Ciudadanos no puede ser Ciudadanos sin una especie de aura de grandeza. Ciudadanos regenera la política; Ciudadanos lucha contra la corrupción; Ciudadanos está limpio de polvo y paja; Ciudadanos apoya a quién quiere y dónde quiere y eso es grandeza política; Ciudadanos no es sectario; Ciudadanos reforma leyes y determina presupuestos; Ciudadanos consigue lo que quiere y cuando quiere.

Es que Ciudadanos es un partido encantado de haberse conocido y es la quintaesencia del bien sin mezcla de mal alguno. Sus dirigentes sacan pecho y miran a los otros políticos por encima del hombro.

Hasta tal punto llega su ‘grandeur’, que han ofrecido la candidatura para la alcaldía de Barcelona a un francés. Un francés ‘de la Francia’ -como se decía en el siglo XIX- porque Manuel Valls, por más que naciera en la Ciudad Condal y por muy perfecto que sea su español, es francés. Un francés que fue primer ministro de su país, poco más de dos años y al que luego su partido no ha hecho demasiado caso.

Un buen político, que ha tratado y comentado con mucho acierto y hasta con valentía, el asunto de Cataluña y que más de una vez ha puesto el dedo en la llaga de la herida del separatismo catalán, pero de eso a que sea el mejor alcalde para Barcelona, va un abismo.

No son pocos los que se han preguntado qué falta hacía a Ciudadanos el fichaje de un ex primer ministro francés y serán bastantes los que piensen que si Ciudadanos ficha a un ex primer ministro francés, a lo mejor es que no tiene un candidato mejor para la alcaldía de una ciudad tan fundamental en España.

Una cosa es regenerar, o intentar regenerar, la política y eso de traer aire fresco y circular con la ‘grandeur’ por delante y otra muy distinta el fichaje de un político francés para la política española.

También decía de Gaulle, refiriéndose a Francia, que cómo se podía gobernar un país que tiene 246 clases de quesos. No sé si en España tendremos tantas variedades, pero en política…vamos, como si fueran quesos.

Pero Manuel Valls tiene una gran cosa a su favor: Ada Colau le ha llamado ‘facha’ y ya se sabe que la cultura de la señora Colau en ciertas materias es más bien escasita.

 
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