Por la boca… El marketing de un gran torero

José Tomás es un gran torero. Su trayectoria profesional hace que no tenga que demostrar nada y que pueda dedicarse a ejercer su profesión con gallardía y sin concesiones de ningún tipo. A unos gustará su toreo vertical, de aguante y de tener al público en un permanente ¡ay! A otros les agradará menos esa quietud estoica llamando permanentemente a la cornada. Pero todos habrán de descubrirse ante un torero que marcó toda una época. 

Ahora –sin que por eso deje de ser la primerísima figura que siempre ha sido- le están convirtiendo en poco menos que un producto de marketing. Cada temporada se repite la misma historia. Campaña mediática perfectamente orquestada, anuncio de reaparición, doce o catorce corridas, elección de puesto en la terna y de ganadería y ausencia de las principales ferias y de las plazas más exigentes.

Plazas llenas de aficionados a no se sabe qué, que jamás han pisado un coso pero que ‘tienen que estar’, localidades por las nubes, salidas a hombros y vuelta a empezar.

Todo el mundo, aficionado o no, sabe que el próximo 23 de julio, José Tomás reaparece en Valencia -tras su gravísimo percance en Méjico, que le pudo costar la vida- y que lo hace, como no podía ser menos, con toros de Núñez del Cubillo. Sería inútil preguntar a esos presuntos aficionados dónde y cuándo torean el 23 de julio espadas como Julián López ‘El Juli’, Enrique Ponce, Castella, Talavante, Morante de la Puebla y tantos y tantos otros que están llevando el peso de la temporada en todas las plazas, en todas las ferias, que torean más de 60 corridas y que merecen el máximo respeto y reconocimiento.

Pretender ser una figura para la historia del toreo con las intermitencias últimas de José Tomás y a base de 15 corridas cada año es heroico y además es imposible por mucho marketing que haya por medio.

Respetando, todos los taurinos lo hacen, el quehacer profesional del torero y, por encima de todo su presencia de ánimo y su valentía, tras las terribles cornadas que le han atravesado el cuerpo, hay que decir que el recorrido mediático y el querer seguir mandando en el toreo a base de ‘no estar’ más que de ‘estar’ no es el camino, por muchos entusiasmos que levanten y por muchás plazas que se llenen.