Por la boca… Ni co, ni gobernanza

Imagen de la última conferencia de presidentes autonómicos
Imagen de la última conferencia de presidentes autonómicos

Mientras la mayor parte de Europa cierra sus aeropuertos a los vuelos procedentes del Reino Unido, en España aterrizan en menos de tres días 500 aviones desde las Islas Británicas. Otra vez tarde y mal.

Quienes creyeran las palabras de Sánchez hablando de la cogobernanza, se habrán dado cuenta de que, una vez más, correspondían a la verborrea del timador de baja estofa. Se trataba pura y simplemente de lavarse las manos y de dejar toda la responsabilidad de la gestión de la segunda ola del coronavirus en plena Navidad, a las autonomías. Illa y Simón -dedicados a servir a Sánchez el aguamanil y la toalla para sus abluciones exculpatorias- tampoco cogobiernan nada mientras siguen con su salmodia de cifras inentendibles y con sus advertencias de que la cosa no anda bien. La mayor parte de Europa cierra sus aeropuertos a los vuelos procedentes del Reino Unido mientras en España aterrizan, en menos de tres días, 500 aviones desde  las Islas Británicas. Otra vez tarde y mal.

Y así se afronta la ola navideña y la ya próxima tercera mientras, en pleno estado de alarma, pagan justos por pecadores. En esto de la pandemia hay muchos más justos que pecadores, pero lo cierto es que los pecadores -al menos atendiendo a lo que dicen Illa y Simón- se saltan las precauciones a la torera, no mantienen la distancia, no hacen uso de las mascarillas, no cuidan la higiene, organizan fiestas, entran y salen de zonas restringidas y no respetan el toque de queda; organizan saraos reincidentes en colegios mayores y los fines de semana los dedican a las fiestas clandestinas.

Ante este panorama de flagrantes incumplimientos que todos conocen, a lo más que se llega es a eso de los controles aleatorios y algunos cortes de circulación. La gran mayoría que cumple, empieza a estar harta de que siga habiendo infractores absolutamente impunes sin que la cogobernanza de Sánchez mueva un dedo para evitarlo. Además, las medidas absurdas que se están tomando en muchas autonomías, también contribuyen a ese hartazgo de los ciudadanos que procuran respetar las normas por muy descabelladas que sean.

No se admiten espectadores en los estadios deportivos o se ahoga al mundo taurino con aforos reducidos hasta el ridículo, pero se autorizan eventos musicales en locales cerrados con un 30% de aforo, lo que supondría 25.000 espectadores en el Bernabéu y 6.000 en Las Ventas, ambos recintos al aire libre. Y, por supuesto, tampoco se sabe en qué quedan las multas ridículas por cuantiosas, que anuncian algunas comunidades, que amenazan a quienes no cumplan, con cifras que pueden llegar a los 600.000 euros.

Y Sánchez cogobernando en estado de alarma para colocar de tapadillo leyes contra la vida, contra la libertad de enseñanza y contra la independencia del Poder Judicial.

La carcajada: Illa, después de afirmar que no habría 17 navidades distintas, dice que todos deben remar en la misma dirección.

 
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