Por la boca… A mi portero, Alves, le trae al fresco

Sorprende la inflación de noticias sobre el susodicho y su situación procesal, matrimonial, amorosa y delictiva y el exceso de fotos y comunicados de un individuo que está de supuesta actualidad por algo tan asqueroso y repugnante como una violación. No se justifica tanto interés por los pormenores del caso, ni por las decisiones del juez instructor, ni por la situación carcelaria del interfecto, ni por las relaciones que pueda tener, tenga o haya tenido.

Me lo tiene dicho mi portero: A mí lo de Alves, me trae sin cuidado y ya harto (y hasta dónde dice Belarra que está “su Charo”, pero en masculino) de toparme a cada momento con noticias sobre su “presuntez”, sobre la discoteca, sobre el baño de la discoteca, sobre sus abogados el de antes y el de ahora, sobre sus mentiras, sobre sus infidelidades, sobre lo que hace en la cárcel, lo que come en la cárcel, lo que compra en la cárcel, los autógrafos que firma en la cárcel, quienes le visitan en la cárcel…

Y dice mi portero que lo único absolutamente lamentable tremendo y penoso, y que debe de ocupar y preocupar en esta historia, es la situación y el sufrimiento de la mujer que ha sido víctima de Alves, que podrá ser presunto, pero que lo de la violación, de presunta, nada de nada.

A mi portero, que es del Atlético y cada vez menos de Simeone, nunca le ha caído bien el presunto. Según dice, fue un buen futbolista que aprovechó la cercanía de los Iniesta, Xavi, Busquets o Messi, para subirse al carro de un equipo ganador; que era marrullero y más bien chulo y daba “leña” a todo el que se le acercaba y que nunca entendió lo de su “segundo tiempo” en el Barcelona.

Bueno, es la opinión de mi portero.

Lo que sí sorprende es la inflación de noticias sobre el susodicho y su situación procesal, matrimonial, amorosa y delictiva y el exceso incontrolado de fotos y comunicados de un individuo que está de supuesta actualidad por algo tan asqueroso y repugnante como una violación. No se justifica tanto interés por los pormenores del caso ni por las decisiones del juez instructor, ni por la situación carcelaria del interfecto, ni por las relaciones que pueda tener, incluidas las que tenga con su esposa o con sus amigos…

También dice mi portero que leyendo, viendo y escuchando ciertas noticias, podría suponerse que la tal Elisa -la lumbrera de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense- ya ha sido fichada, gracias a su “gracia expresiva” y “boquiparlante”, como redactora por cualquier medio al uso y que, a juzgar por la proliferación de las noticias que podría capitanear semejante “capullo emergente de periodista”, no tiene un contrato discontinuo (de esos que suma Díaz) sino fijo y de redactora jefe de la sección de sucesos protagonizados por famosillos, que aprovechan eso  del género.

Que lo del género, con la ley esa del “sí es sí” de Sánchez y Montero (la de turismo en Nueva York), se lleva mucho.

La carcajada: Se lamenta Belarra del funcionamiento de la coalición sociaalcomunista: “Algunos cambios no llegan porque no somos mayoría en el Gobierno”.