Por la boca… Las preocupaciones de Almunia y de Llamazares

Los maestros Antonio Burgos, Carlos Herrera o Luís del Val tienen acuñados y repetidos, siempre oportunamente, los calificativos de tonto contemporáneo, tonto con balcones a la calle… Se podría añadir el de tonto esférico, que es aquel tonto  que, mires por dónde  mires, es tonto. También se dice que a todos los tontos les da por lo mismo. En política suele darles por las preocupaciones que parecen como si les proporcionaran una pátina de cierta consistencia en lo que dicen.

Declara Joaquín Almunia lo preocupado que está por los extremismos de derechas que circulan por ahí. Muy loable preocupación siempre que estuviera acompañada por los extremismos de izquierdas que, el mismo Almunia, no tiene tan lejos. Los extremismos no son buenos y son preocupantes, en la derecha y en la izquierda.

Declara también el ex ministro de Trabajo que el problema de su partido, es decir, el Partido Socialista, es que se encontró con una crisis y tuvo que tomar medidas impopulares que le han llevado a un cierto distanciamiento de sus votantes. Se ve que la estancia en las poltronas europeas sirve, entre otras prebendas, para olvidar el pasado. Ni el Partido Socialista se ‘encontró’ con ninguna crisis, ni tomó medida alguna. ¿En qué avión, en qué hotel o en qué comisión de Europa, le pilló al señor Almunia cuando Rodríguez Zapatero nos decía aquello de la ‘championlí? Aquí nos dejó Almunia millones de parados y, como sus correligionarios le dijeron que no le querían como candidato, se fue tan ricamente a Europa a decir lo que había qué hacer para salir de la crisis y para acabar con el paro. Un figura este hombre preocupado por los extremismos de derechas.

Y está preocupado Gaspar Llamazares –como no podía ser de otra manera, que diría un cursi- por lo que ha costado al erario público la repatriación de los dos misioneros españoles,  Manuel  Pajares y Manuel García Viejo, fallecidos a causa del  virus ébola.

También, loable preocupación, sobre todo en alguien que tiene tan arraigada la vocación sanitaria para ayudar a sus semejantes. Buena pregunta en un médico y, buena doblemente, porque los fallecidos eran religiosos de la Orden de San Juan de Dios. Naturalmente otra sería la pregunta  - ¿o no hubiera habido pregunta?- si los fallecidos no fueran religiosos. Otro figura este Llamazares y sus preocupaciones por el uso del dinero público.

De un dinero público que seguramente no llegue a la cifra que nos está costando Llamazares, el médico, desde que comenzó a cobrar de los Presupuestos Generales del Estado.

Y es que los tontos ya sean esféricos, contemporáneos o con balcones a la calle, cobran también.

 
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