Por la boca… Putin es muy malo, pero los políticos europeos son muy tontos

Putin.

Un montón de años después de la caída del muro, del supuesto final de la guerra fría y de la también supuesta desaparición del poderío ruso, resulta que Europa depende de las cañerías que llegan de Rusia, de los grifos que manejan las manos de Putin, que cañerías y grifos han sido financiados y mantenidos con los dineros que pagaban a Putin por las energías y que además Putin es muy malo.

No deja de tener su gracia que  Europa pida a Draghi que continúe para no desequilibrar la Unión. Ahora resulta que la dimisión de un jefe de gobierno italiano, pone nerviosos a los de Bruselas.

Y es que como dice José Mota, los políticos europeos “son mu tontos”.

Uno montón de años después de la caída del muro, del supuesto final de la guerra fría y de la también supuesta desaparición del poderío ruso, resulta que Europa depende desesperadamente de las cañerías que llegan de Rusia, de los grifos que manejan las manos de Putin, que cañerías y grifos han sido financiados y mantenidos con los dineros que pagaban a Putin las energías y que además Putin es muy malo.

Y como siempre llegan las medidas desde Europa en forma de recomendaciones, directrices que no se sabe muy bien de qué manera y en qué cosas tienen poder coercitivo a no.

Pero da igual porque todo lo que se les ocurre a los sesudos señores de Bruselas -con su vida a cuerpo de rey (pero de rey Midas)- es que se ponga la calefacción menos caliente y el aire acondicionado menos frío.

O sea, como siempre, sin una sola solución eficaz o con un mínimo de previsión. Eso sí en Francia hay nucleares y en Alemania se acuerdan del carbón.

En España hay pruebas más que fehacientes, algunas de ellas sangrantes, de la “eficacia” de Bruselas. Porque además de recordar los dineros para las rotondas de Zapatero y los millones para las dádivas que mantienen (un suponer) a Sánchez en La Moncloa, hay que rememorar también los boicots a nuestros camiones en las fronteras con Francia, los ataques a nuestras importaciones agrícolas, las trabas a nuestros pescadores, los topes a la producción de leche… y en el plano político no está de más traer a la memoria (ahora tan de moda), las “faenas” en los mejores tiempos de la ETA, las jugadas con los puigdemones, los arrumacos con los países africanos fronterizos con nuestras ciudades o con las avalanchas en las vallas africanas…

Claro que en caso de extrema necesidad siempre nos acogen un ex ministro errante y cesante y hasta le nombran consejero o algo parecido.

 

Pero es lo que dice Sánchez: España es progresista, solidaria, feminista ecologista y, cómo no, europeísta.

Y llega Putin que es la maldad encarnada en el KGB, invade Ucrania y Europa se enfada y le impone castigos, según Sánchez muy serios, castigos que ni siquiera sabemos por dónde se los pasa Putin, mientras sigue vendiendo gas, a todo el mundo y ya ni siquiera regala matrioskas en función de la cantidad de energía adquirida.

Y los de Bruselas ponen el grito en el cielo, porque Putin es muy malo y va a provocar que los niños, los ancianos y hasta los militares sin graduación pasen frío.

Porque ahora resulta que la Europa de Bruselas, la democrática la avanzada, la del bienestar, la progresista, la de la defensa del medio ambiente, la animalista y la que se preocupa porque los glaciares se derriten, dependía de Putin hasta para hacer fuego.

Y los “ustedes sois muy tontos”, de Bruselas, sin enterarse.

La carcajada: Dice Díaz a los jóvenes de Lavapiés a los que fue a “sumar” y a “escuchar”:  “Hoy me habéis demostrado que vuestras reflexiones nos hacen muchísimo mejores. Os pido que vosotros escribáis el nuevo Green New Deal. Graciñas”

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