Por la boca… Sánchez entre la espada y la hemeroteca

Raro es el día en el que la hemeroteca no deja a Sánchez  -a casi todos los que son como Sánchez y rodean a Sánchez- en ridículo, con las vergüenzas al descubierto y con la perentoria necesidad de justificar lo dicho, matizar lo afirmado y tratar de ocultar lo que se prometió.

Tierno Galván -que no creía en casi nada- tampoco creía en las campañas electorales que, decía, solamente servían para mentir y para hacer promesas que nunca se cumplen. Y tenía toda la razón. 

La inutilidad de las campañas electorales, de los mítines y de los debates televisivos, está más que probada y lo que ha pasado en las recientes elecciones en el País Vasco, es una muestra incontestable que, además, volverá a darse en las elecciones catalanas y en las europeas.

Pero ahí siguen impertérritos los partidos y los políticos que viven de esos partidos, de mitin en mitin, de paseo en paseo, de debate en debate, de aplauso en aplauso, de sonrisa en sonrisa y, por supuesto, de mentira en mentira.

Como en casi todo lo que es negativo en la vida política española, la palma de todos esos avatares electorales se la lleva Sánchez que, como siempre, se ve atrapado en el chantaje, más o menos declarado, que se hace a sí mismo a través de la hemeroteca. 

Sánchez está en un continuo disimulo: el no dije lo que dicen que dije, en eso no es así, o sacaron mis palabras de contexto y que lo que hago es cambiar de opinión.

Para llegar a gobernar -coaliciones aparte- en campaña se dicen barbaridades, muchas memeces y se miente descaradamente. Una vez en el gobierno, sea el que sea, hay que disimular lo que se afirmó, negar lo que se dijo, borrar huellas de declaraciones y mirar para otro lado.

Raro es el día en el que la hemeroteca no deja a Sánchez  -a casi todos los que son como Sánchez y rodean a Sánchez- en ridículo, con las vergüenzas al descubierto y con la perentoria necesidad de justificar lo dicho, matizar lo afirmado y tratar de ocultar lo que se prometió.

Y los reos de la hemeroteca son todos. Un día será un ecologista que dijo que… y ahora desde la poltrona tiene que ocultar aquello que aseveró en campaña. Más adelante será una feminista que prometió el oro y el moro y se encuentra con la realidad de que tiene que ocultarse para decir que de lo dicho no hay nada. Y los de las cifras de la economía, y los de los impuestos, y los de los trenes, y los de las viviendas, y los de las listas de espera en los hospitales y el animalista que tiene que sacar a pasear al perro de las rectificaciones y los que pusieron el énfasis en aquello de que gobernaré para todos no solamente para los que me voten.

 

Y Sánchez -con la punta de la espada de sus mentiras y de sus falsas promesas en la garganta y con la espalda oprimida, sin salida, rodeado de hemeroteca por todas partes- se lleva la palma con lo de justificar la amnistía, la defensa de la unidad de España, el respeto al Poder Judicial, lo de la defensa de las clases medias trabajadoras, la construcción de pisos asequibles, el cumplimiento de la Constitución…

No se trata tanto de gobernar como de luchar contra la hemeroteca.

Y al final la hemeroteca, inmisericorde, recuerda los discursos en aquellos mítines en los que se aplaudían unos a otros, los mitineros y los mitineados. Que dice mi portero que le recuerdan a las focas tontas de los circos de su infancia que aplaudían cuando la compañera había mantenido un rato el balón de colorines en el hocico sin que se le cayera y el domador le daba una sardinilla de premio.

La carcajada… Dice Aragonés: “ El Govern no tiene relaciones de carácter diplomático con Israel ni con cualquier otro estado, porque esto corresponde a los estados”.

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