Por la boca… Sánchez se ha quitado de en medio a Illa

Acompañado del ministro de Sanidad, Salvador Illa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus / EP
Acompañado del ministro de Sanidad, Salvador Illa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus / EP

Sánchez necesitaba urgentemente lavarse la cara porque es imposible valorar a Illa sin juzgarle a él, y nada mejor que quitarle de en medio y buscar algo diferente en sanidad. Una especie de borrón y cuenta nueva.

Nadie como Sánchez conoce la desastrosa gestión de Illa en la pandemia y -su entorno lo ha ido analizado día tras día- las repercusiones que, en su imagen, han tenido las actuaciones de quien ha obtenido los resultados más funestos en la lucha contra el coronavirus.

Sánchez necesitaba urgentemente lavarse la cara porque es imposible valorar a Illa sin juzgarle a él, y nada mejor que quitarle de en medio y buscar algo diferente en sanidad. Una especie de borrón y cuenta nueva.

Conspicuos socialistas del antiguo régimen que vagan (algunos sin despacho y sin nada que hacer) por Ferraz, comentan sin tapujo alguno que la “operación Illa” ni es una promoción del interfecto, ni mucho menos un brindis al sol de Cataluña, ni siquiera una buena oferta para los socialistas catalanes. Dicen que es, pura y simplemente, un paño que se pasa por la cara de Sánchez en un intento de hacer olvidar lo sucedido en el pasado año.

El que puede salir ganando es Iceta -el eterno perdedor en Cataluña- si por fin logra sentarse en el Consejo de Ministros, porque el candidato socialista a la Generalidad, sea el que sea, tiene muy pocas posibilidades de ocupar el palacio de la Plaza de San Jaime.

Así las cosas hablar de que se ha promocionado a Illa no deja ser algo arriesgado, porque pasar de la poltrona de sanidad a una incierta candidatura de la que lo más que puede salir es un puesto de segundón, no es ningún caramelo. Si gana, será un acierto de Sánchez y si pierde se quedará en el limbo de los que pudieron ser.

Valorar la gestión de Illa porque es educado y pocas veces levanta la voz (aparte de que eso habría que preguntárselo a algunos funcionarios que le han tenido cerca) dice poco de él y menos aún de quienes le valoran políticamente. Illa -más que educado, melifluo- como gestor ha fracasado, como político no ha existido y como persona ha mentido casi tanto como Sánchez si eso fuera posible. Su curriculum en Madrid no existe y en Cataluña es más bien escasito.

Ni promoción ni agradecimiento por los servicios prestados. Lo de agradecimiento no cabe en la mente de Sánchez; lo de servicios prestados es un sarcasmo y lo de promoción habrá que verlo para creerlo.

La carcajada: Dice Iceta que si hay acuerdo sobre lo que hay que hacer, se puede pactar con cualquiera.

 
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