Por la boca… Sánchez y su propia medicina

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ofrece una rueda de prensa en Moncloa tras participar en la reunión del Consejo Europeo Extraordinario sobre el Coronavirus

Decía Churchill, refiriéndose a la RAF que “nunca tantos han sido desprestigiados tanto, por tan pocos”. Y esa aseveración es perfectamente aplicable a los jueces que tienen que soportar el bochorno de unas negociaciones que les dejan en evidencia.

Por fin, al cabo del tiempo, Sánchez se abajó a la altura de los humanos y se dignó convocar una rueda de prensa y lo hizo con toda la parafernalia propia de esas películas que nos enseñan la Casa Blanca. Se despachó con un discursillo sobre Europa y cuando llegó el turno a los periodistas, su disertacioncilla había despertado un interés tal, que ni una sola de las preguntas de los asistentes se refirió a lo que había dicho.

Sea como fuere, lo cierto es que lo que dice Sánchez -en esta ocasión echando encima del Partido Popular toda la basura del fallido acuerdo del CGPJ y todas sus acusaciones- pueden aplicársele a él mismo. Encajan perfectamente en su propia conducta. Es un ejercicio facilón pero que resulta divertido.

Cuando dice: “Pensaba que el PP había optado por el camino de la moderación el diálogo y el pacto y hemos visto lo contrario, un PP que unos días hace una cosa y otros la contraria”. Se le puede contestar simplemente cambiando el sujeto: “Pensaba que el PSOE y el Gobierno habían optado por el camino de la moderación el diálogo y el pacto y hemos visto lo contrario, un PSOE y un Gobierno que unos días hace una cosa y otros la contraria”.

Cuando dice: “España se merece una oposición conservadora que camine todos los días por el camino del diálogo y el pacto”… se cambia el sujeto y queda que  “España se merece gobierno progresista que camine todos los días por el camino del diálogo y el pacto”.

Cuando dice: “La oposición tiene que ceder y flexibilizar”… se cambia el sujeto y resulta que “El PSOE y el Gobierno tienen que ceder y flexibilizar”.

Cuando dice que el veto no es democrático o que nadie entendería no llegar a un acuerdo o que el Partido Popular cambia los días pares y los impares o que todos pensábamos que la política española se ventilaría con el aire fresco de un acuerdo… todo es perfectamente aplicable a Sánchez.

Decía Churchill, refiriéndose a la RAF que “nunca tantos han sido desprestigiados tanto, por tan pocos”. Y esa aseveración es perfectamente aplicable a los jueces que tienen que soportar el bochorno de unas negociaciones que les dejan en evidencia.

Pero para Sánchez la política se reduce al argumento de las lentejas solo que esas lentejas se las lleva Iglesias en un “tuper” y cocinadas de antemano. Y si a eso se añade que por su propia voluntad -o por vaya usted a saber qué intereses- se hace rehén de los comunistas de Podemos y de las rapiñas ideológicas y personales de Iglesias, el cuadro queda perfectamente perfilado. “Que el PP recapacite”… Claro y que el PSOE y el Gobierno, recapaciten.

 

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