Por la boca…Se acabó la precampaña
Ahora que se ha acabado, es cuando la gran mayoría de los españoles nos hemos enterado que estábamos en la llamada precampaña de las elecciones generales que se van a celebrar el día 20. Todos pensando que estábamos en plana campaña y resulta que solamente era la ‘pre’. Todos son sus banderas, con sus aplausos, con la cuchipanda de los mítines y todo para nada, porque resulta que la campaña empieza ahora.
Es como si en el fútbol, cuando los jugadores están exhaustos tras 8º minutos de partido, los entrenadores les dicen que era solo el calentamiento y que el partido empieza ahora. Después de todo lo que hemos pasado y lo que hemos aguantado en los medios de comunicación, de lo que se ha escrito, de lo que se ha visto y de lo que se ha oído, resulta que nada de nada que lo bueno empieza ahora.
¿Y qué es lo que se ha oído visto y leído? pues lo de siempre y, muy probablemente, lo que veremos, oiremos y leeremos en los próximos días. A saber: No hay que dejar que el terrorismo protagonice las elecciones, pero todos hablan de la ETA.
Hay que evitar que la corrupción sea moneda de cambio partidista, pero se sigue buscando por todas partes. Unos hablan de austeridad y otros de la no austeridad; unos se apoyarán en Europa y otros querrán que Europa se ponga firmes ante la situación española.
Algunos han sustituido la violencia por las tartas, pero solamente son trastadas de chiquillos malcriados. El paro es la gran lacra pero hasta las cifras y las causas de esas cifras se cambian a gusto del público del mitin correspondiente.
Hay que gastar menos en las campañas pero llevamos tres meses de precampaña, y la enseñanza uno de los grandes caballos de batalla de quienes desde las reuniones de padres en colegios privados, claman contra esa enseñanza privada y desde colegios elitistas para sus hijos claman por la enseñanza pública. El comentario cae por su peso
¿Y los votantes? Pues a lo suyo que, evidentemente, no es lo de los políticos. A sus fines de mes, a sus hipotecas, a intentar salir del atolladero y cinco millones a encontrar trabajo.
Ya estamos en campaña y ahora a aguantar el chaparrón. Menos mal que con la precampaña ya estamos acostumbrados a lo que venga.
