Discursos y discursillos

Sesión constitutiva del Congreso de los Diputados en mayo de 2019.
Sesión constitutiva del Congreso de los Diputados.

Aun admitiendo que las promesas y acatamientos de algunos de los aspirantes a diputados, tengan formalmente validez jurídica –cosa más que discutible- hay que ser muy ingenuo para creer en la sinceridad de los “acatadores” de la Constitución.

Demasiadas personas e instituciones salieron mal paradas en la sesión constitutiva de las Cortes como para que los melifluos, “vaselinosos” y hasta hipocritones discursos de los presidentes de ambas cámaras lograran restañar, mínimamente algunas de las heridas causadas a nuestra democracia.

La desfachatez de unos y la ineptitud de otros, convirtieron las sesiones de Congreso y Senado en un espectáculo bochornoso que ni Batet ni Cruz fueron capaces de atajar. Y no fueron capaces porque (valga la redundancia) son manifiestamente incapaces. Suplente el uno de Iceta, y “recogedora” de la supuesta negativa de Calvo la otra, apenas exhiben más méritos ante el jefe Sánchez que el de ser catalanes y acatantes de sus órdenes.

Pateos, gritos, fórmulas risibles, demostraciones que nada demostraban aplausos, caritas de satisfacción tras la parrafada y palmoteos en la espalda de los palmeros profesionales, convirtieron juramentos y promesas, acatamientos y desprecios, en un aquelarre y en un escarnio para la democracia.

Aun suponiendo que las promesas y acatamientos de algunos de los aspirantes a diputados, tengan formalmente validez jurídica –cosa más que discutible- hay que ser muy ingenuo para creer en la sinceridad de los “acatadores” de la Constitución, sobre todo si echamos la vista atrás y recordamos en qué han quedado muchas de sus promesas.

Hay que pensar que muchos de los que acataban (o no) con parrafadas barrocas, infantiles, del estilo de caca, culo, pedo, pis y se volvían ufanos a sus correligionarios con gesto de “¡uy lo que he dicho!”, aprovecharon la ocasión para enlazar dos párrafos seguidos que seguramente serán los únicos que, desde el escaño, pronuncien en esta legislatura que tan malamente ha comenzado. Son los culiparlantes que se expresan con camisetas. Y de ahí no van a pasar.

Malparada quedó la democracia, malparadas las Cortes Españolas, malparados ambos presidentes y malparado el secretario general del Partido Socialista que, en su calidad de “nombrador” y jefe absoluto del tinglado, no parece estar acompañado por el acierto, aunque le crezcan los votos.

Posiblemente en los acatantes y prometedores de las parrafadas, había un punto de infantilismo. De acuerdo, pero primaba la “enanez” mental. Hay infantilismos que se pasan con los años, pero la “enanez” de los “cortomentales” pervive en el tiempo.

Y además va degenerando.

 
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