El evangelio según Pepe Bono

Era lo que nos faltaba para cerrar el cuadro del esperpento en que se ha convertido el Congreso de los Diputados y, más concretamente, las sesiones de control de los miércoles.

Sus señorías han tenido más de dos meses de vacaciones con motivo de la Navidad (Navidad que, por otra parte, niega casi la mitad del hemiciclo); pero esas vacaciones son un arma de dos filos. Por una parte puede presentarse un cierto síndrome de abstinencia. Dos meses sin decir naderías es mucho tiempo y se entiende que lleguen desentrenados. Por otra, puede suponerse también que han tenido tiempo de sobra para preparar las tonterías de los miércoles. Pues no.

El caso es que han tenido que recurrir al evangelio de José Bono, cuando Pérez Rubalcaba, santo varón, recordando los coqueteos del manchego con el cristianismo, le ponía por testigo de su frase, más o menos equivocada, al aludir a que es Europa la responsable de la mejoría económica de España: ‘una palabra tuya bastará para sanarme’. Ingenioso y bien traído. Por cultura que no quede.

Y salió Rajoy al tercio; salió y como se dice en ‘La Venganza de Don Mendo’ hizo mal tercio. Le siguió la cuchufleta a su oponente socialista y debía tener la tarde ingeniosa cuando dijo aquello de ‘el que esté libre de culpa que tire la primera piedra’. Lo decía, creativo él, para aludir a los gobiernos anteriores en los que estuvo Rubalcaba.

Todo muy divertido.

Y ya puestos a citar el evangelio –con minúscula- de Bono, podrían haber echado mano de otras frases y pasajes, es un poner: aludiendo a quienes echan pesados fardos sobre las espaldas de los otros y ellos no mueven un solo dedo…

Y metidos en faena haber aprovechado para echar a algunos mercaderes del templo de la política. Que no es que haya algunos, es que los hay a mogollón.

 
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