El futuro gobierno de Sánchez, está emboscado

Pedro Sánchez en el discurso de investidura
Pedro Sánchez en el discurso de investidura

Pese a la gravedad de las consecuencias del separatismo catalán, de las cesiones económicas ante el PNV o del lavado de cara de los proetarras de Bildu, es mucho más preocupante el gobierno socialcomunista que se nos viene encima.

Tras la noticia de que Pedro Sánchez ha intentado tranquilizar al mundo empresarial diciendo que los comunistas de Podemos no tendrán ningún ministerio económico -lo que supone poner encima de la mesa del Consejo de Ministros, los dos gobiernos enfrentados que mencionaba Sánchez en campaña y que no admitiría en ningún caso-  los miedos reales y las reservas ante el gobierno que pactaron Sánchez e Iglesias al día siguiente de las elecciones, deberían ocupar el primer plano entre las preocupaciones políticas de futuro que ahora tiene España.

La pregunta es inmediata: entonces, si no es en la economía ¿en qué parcelas de la vida española o en qué áreas de influencia en el discurrir cotidiano de los españoles se van a implantar las ideas comunistas de Podemos, y se va a imponer su ideología?

Pese a la gravedad de las consecuencias del separatismo catalán, de las cesiones económicas ante el PNV o del lavado de cara de los proetarras de Bildu, es mucho más preocupante el gobierno socialcomunista que se nos viene encima.  Y también lo es el hecho de que a los posibles responsables de investir a Sánchez, tampoco les importe demasiado el gobierno que se propone formar.

El futuro gobierno es un gobierno de sombras que, por el momento, permanece en la oscuridad y del que apenas se insinúa la pretensión, al parecer lograda, de una vicepresidencia y de tres o cuatro ministerios;  de todo ello se lucra un partido con 35 escaños y poco más de tres millones de votos que, además, suponen un considerable descenso respecto a las anteriores elecciones.

Por mucho que sea el interés pecuniario del PNV, los embelecos separatistas y antiespañoles de la Esquerra y el lavado de cara y manos de los etarras y de los que merodean por las negociaciones de la investidura y por fuerte que sea el ruido mediático de las desconocidas concesiones de Sánchez, es mucho más importante, más trascendente y debería causar más inquietud en la opinión pública, el gobierno con los comunistas que el Partido Socialista de Sánchez “venderá” a los españoles tras el trámite, más o menos trabajoso, de lograr ser investido.

Y es que los árboles de la investidura, a lo mejor, no dejan ver el bosque socialcomunista del próximo gobierno.

 
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