Las incógnitas de Susana Díaz

Como el liderazgo de Sánchez está en permanente duda, todos los ojos se vuelven hacia la dirigente andaluza. Quienes parecían ya no parecen, pero sí aparecen las incógnitas de Susana Díaz.

No se postula, pero actúa como si lo estuviera haciendo; repite que su compromiso está en Andalucía, pero hace gala de su poder más arriba de Despeñaderos; nunca se muestra contraria a Sánchez pero le dispara con demasiada frecuencia.

Díaz es más de incógnitas que de certezas y más de reservas que de expansiones.

Nos deberíamos preguntar por esas incógnitas porque a lo mejor, tras el 26 J, se sienta en el despacho de Ferraz y aspira al de La Moncloa.

Díaz es reservona y se deja querer. Alimenta una especie de leyenda y levanta expectativas que está por ver si se cumplen.

Si acaso, para disipar nieblas hay que recurrir a algunas de sus declaraciones cuando se siente socialista beligerante y opositora. Pero ocurre que esas declaraciones, suelen ser desacertadas, porque hablar, a estas alturas de las tragedias que vivimos los españoles y de lo desgraciados que somos por culpa de Rajoy o afirmar que el Partido Popular ha vaciado la caja de las pensiones o mencionar la situación del paro -con la que está cayendo en Andalucía-  supone, o faltar a la verdad o no haberse enterado de casi nada.

Escaso bagaje -que se sepa-  y muchas incógnitas para quien puede liderar un partido que -como el Socialista- es fundamental para España.

 
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