La inmensa mayoría
Es uno de los burros viejos que constantemente nos venden los políticos. Que levante la mano el que nunca haya dicho eso de la ‘inmensa mayoría de los españoles’.
Son como aquellos fotógrafos ‘al minuto’; en menos que canta un gallo saben, sin el menor titubeo, lo que piensan, lo que necesitan y lo que quieren la inmensa mayoría de los españoles.
Si algo sobra en nuestra vida política son encuestas, las que conocemos y las que nos ocultan. Pero a pesar de todos esos estudios de opinión siempre sale un político que, de un plumazo, basa sus opiniones, e incluso sus acciones, en lo que quiere, piensa y desea ‘la inmensa mayoría.
La ‘inmensa mayoría’ quiere que los presos sean acercados a sus lugares de origen. ‘La inmensa mayoría’ quiere que Cataluña sea independiente. ‘La inmensa mayoría’ quiere que se absuelva o que se condene a tal o cual delincuente. ‘La inmensa mayoría’ está de acuerdo con la eutanasia o con el aborto. ‘La inmensa mayoría’ aboga por una concreta reforma fiscal o del código penal o de las relaciones internacionales.
Lo que pasa es que esa ‘inmensa mayoría’ solamente existe en el pensamiento, más o menos interesado, de quien la usa en su beneficio.
Pero también ocurre –y eso es lo peor- que en no pocas ocasiones, las verdaderas mayorías se forman a base de escuchar la cantinela de lo que piensan, dicen u opinan esas ‘inmensas mayorías’ que solamente son inventadas.
O sea que, al final, la triquiñuela de ‘la inmensa mayoría’ sirve para manipular a la verdadera inmensa mayoría.
