Los logros del Gobierno

Cuando un Gobierno y el partido político que lo sustenta estiman necesario airear sus logros y explicar a los ciudadanos su gestión, una de dos: o estamos en plena campaña electoral o ese Gobierno tiene problemas. Como estamos prácticamente en la mitad de la legislatura, la posibilidad de la campaña electoral es muy remota -salvo que haya un barrunto de adelanto, cosa no descartable a juzgar por la caja de los truenos que, un día sí y otro también, se destapa entre Rodríguez Zapatero y sus "sostenedores" en la Moncloa- habrá que llegar a la conclusión de que el Gobierno y el partido en el Gobierno tienen dificultades. Esos problemas han de venir, necesariamente, por la imagen que ante la opinión pública tiene ese Gobierno. Las encuestas públicas -o no tan públicas- que se manejan en La Moncloa o en Ferraz no deben ser muy boyantes cuando hay que salir a la calle a "explicarse". Otro tipo de problemas pueden venir por la gestión de Gobierno propiamente dicha, es decir, por las realizaciones y por las decisiones que se han tomado y se están tomando en el ejercicio del poder; pero eso es, precisamente, lo que se apresuran a "vender" a la ciudadanía y de lo que el Partido Socialista y el propio Gobierno se sienten más satisfechos. Es de suponer. Así pues, estamos ante una campaña electoral adelantadísima. Ante un Gobierno asustado por la baja de popularidad del Presidente —y de la inmensa mayoría de los ministros- que quiere ganar tiempo y hacerse una especie de lavado de cara para recomponer una imagen que se les ha escapado de las manos en muy poco tiempo y que, cuantitativamente, es muy superior al desgaste que se supone a todo el que está en el escaparate del poder. Se podrá justificar esta campaña "por provincias". Se intentará camuflar de muchas maneras y con variados disfraces pero la realidad está en el desasosiego del Gobierno socialista ante una opinión pública cada vez más desafecta a los logros que dicen haber conseguido. Los resultados de gobernar a favor de corriente no han sido los apetecidos. La suma de leyes como la de parejas de hecho, el "matrimonio" entre homosexuales, la adopción por parejas del mismo sexo, los ataques a la Iglesia Católica, las ambestidas contra la familia, la permisividad con los inmigrantes o la demagogia barata con los jóvenes, no han surtido el efecto deseado o al menos todo el resultado que estaba programado de antemano. Para salir del atolladero tanto el Gobierno como el PSOE tienen la necesidad de explicar a los ciudadanos las cosas que se están haciendo y lo bien que se están haciendo; lo que pasa es que no va a ser fácil, porque hay cosas inexplicables, como la claudicación ante los nacionalismos o las conversaciones con ETA, y otras que son complicadas de digerir como la "coordinación" entre distintos miembros del Gobierno o la negociación del presupuesto europeo.

 
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