El nacimiento de la Infanta Sofía nos coge viviendo una precampaña repleta de desbarajustes

Todas las campañas previas son un desbarajuste, pero es que lo que estamos viviendo en España es para nota. Cuando los políticos se desinhiben y comienzan a besar a la gente en los mítines se les va de las manos la propia personalidad y acaban como Simancas, diciendo que Esperanza Aguirre tiene resabios franquistas porque habla de la Plaza de Oriente. Anda que le oye la Infanta Isabel, “La Chata”, y le da una colleja como la de Iñaki Urdangarín a Felipe Juan Froilán cuando salía de la clínica de ver a su nueva prima la Infanta Sofía.

El que estos días está que no para es Llamazares, que va como un poseso de paritorio en paritorio felicitando a las parejas que han sido padres y madres –Lehendakari dixit- desde el sentir republicano. Uno no sabe cómo se felicita por el nacimiento de un bebé desde el sentir republicano, a no ser que al bebé en vez de a hacer “los lobitos” Llamazares le enseñe a hacer “los puñitos”.

Una semana de despropósitos. Los españoles normales se preguntan por la verdad y la mentira de las cosas que están pasando. A saber: ¿hay “kale borroka”?, ¿sigue la ETA extorsionando empresarios?, ¿tiene algo que ver la visita a Marbella del Presidente del Gobierno con la detención de la Pantoja o es que Zapatero es simplemente gafe?, ¿Miguel Sebastián es listo y se hace el tonto o es tonto y se hace el listo?, ¿la Ley de Partidos tiene espíritu y letra o, como el Himno Nacional no tiene más que música y además Conde Pumpido desafina?, ¿existió Ibiza alguna vez?, ¿se lee el juez Garzón los informes de la policía y de la guardia civil del País Vasco?, ¿qué es y para “quién” sirve Intermoney? o ¿tiene la Ministra de Fomento mono de inauguraciones?

Son demasiadas incógnitas. No sabemos lo que es verdad y lo que es mentira, y los candidatos no están contribuyendo a clarificar el panorama.

Se podría hacer una campaña basada en las técnicas del cine mudo, y eso saldríamos ganando los sufridos votantes. Oír decir a Barreda: Sería bueno que PP y PSOE dejaran de lado sus intereses partidistas, es estremecedor y seguro que a Blanco se le han puesto los pelos de punta y se le han empañado las gafas con las gotitas del mar ibicenco. El castellano-manchego se quiere cargar de un plumazo la partitocracia de la que hoy disfrutan nuestros políticos. Pero vamos a ver, señor Barreda: si los partidos no ejercen sus intereses, ¿en qué se quedan? Este hombre es un disolvente.

Además, en las campañas pre-electorales proliferan las exigencias. Exigir es un verbo que si no da resultados lo que da es risa. Todos exigen: el Partido Popular exige que se impugnen todas las listas de ANV; Rodríguez Zapatero exige que se cumpla la Ley de Partidos en su letra y en su espíritu, y además exige que se lleve la Ley a Marbella aunque sea a costa de los famosos; UGT exige a Delphi; Carmen Thyssen exige que no le toquen los árboles y pide cadenas para ella y para sus amigos de ocasión; Otegi exige la hoja de ruta, que no se ilegalice nada y, de postre, Navarra; y los del Primero de Mayo exigen que La Cibeles sea republicana y que vuelva el retrato de Lenin a la Puerta de Alcalá. Claro que a Llamazares, entre paritorio y paritorio, lo que le preocupa son las banderas del “aguilucho”.

El Primero de Mayo fue muy emotivo porque como no había demasiados trabajadores cada uno podía elegir su propia bandera, e incluso llevar dos: Yo me pido la de la Unión Soviética ,decía uno en plan moderno. Y yo la Republicana, que mi abuelo era mucho de Largo Caballero. Pues yo la de Cuba, que mi hijo se ha ido de “paso del ecuador” con los compañeros de universidad a Varadero. Y otro, más atrevido e incluso madridista él, se encaramaba a La Cibeles para celebrarlo. Una delicia de manifestación.

Lo que pasa es que jugar con las banderas es peligroso. Por ejemplo, y sin ir más lejos, los Estados Unidos recomiendan a sus empresas tomar precauciones antes de invertir en España. ¡Serán rencorosos!

Batasuna amenaza con gravísimas consecuencias como se impugne demasiado. Un poco sí, por aquello del señuelo, pero sin pasarse no sea que las listas se nos queden en nada o haya problemas como los del Partido Socialista de Madrid que no encuentra féminas para “parir, de paridad”, en las listas.

 

Pero los que de verdad se deben de sentir amenazados son los 100.000, cien mil, ciudadanos vascos que han abandonado su tierra desde que Ibarretxe está en el poder. Una cifra. Cien mil son muchos aunque sean ciudadanos y ciudadanas. Pero Ibarretxe tiene un plan y eso es muy esperanzador.

Las inauguraciones están a la orden del día pero hay eventos que apenan y acongojan hasta a un político tan avezado como Simancas. El hombre está francamente dolido porque no se ha invitado a nadie del Gobierno para inaugurar cosas entre Barajas y los Nuevos Ministerios. Y es que a Rafa le puede la sensibilidad, que hay que ver cómo le brillaban los ojos saludando a Esperanza Aguirre en La Real Casa de Correos.

Bueno, lo de Real es mucho decir. Una casa como otra cualquiera, que diría Llamazares.

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