Pero, ¿nos vamos a enterar?

Pedro Sánchez, en el Congreso.
Pedro Sánchez, en el Congreso.

Dicen que Pedro Sánchez dijo en plena sesión del Congreso de los Diputados, aquello de “os vais a enterar”. Como es impensable que todo un presidente del Gobierno se dirija en tono amenazante a otras señorías, suponemos que quiso decir lo que dijo, o sea, que en relación a su tesis doctoral, nos íbamos a enterar de todo. Y en esa espera estamos.

Mientras nos enteramos del “cum laude” y de lo que los gobiernos tienen que apoyar a las empresas que operan en el extranjero, de lo que sí nos vamos enterando –si es que ya no lo estábamos- es de la catadura moral- en cuestiones académicas- de algunos de nuestros políticos y del nivel de algunas de nuestras universidades, a la hora de las exigencias para expedir titulaciones de mayor o menor nivel.

Hasta ahora, con alguna que otra variante la cosa de la corrupción se centraba en lo económico, en aquello de “llevárselo crudo” pero, en estos momentos, la moda es “titulárselo crudo” y los dossieres vuelan de escaño a escaño y están haciendo más de una brecha en algunas frentes que, se están demostrando, no son demasiado despejadas.

Y la incógnita -como siempre en esta época de tanta inflación informativa- es si, de verdad, nos vamos a enterar de lo que ocurre, de todo lo que ocurre y lo que más importa, qué consecuencias políticas pueden tener las mentiras y los fraudes.

Dicen que Pedro Sánchez dijo, en plena sesión de control en el Congreso de los Diputados, aquello de “os vais a enterar” y como es impensable que el Presidente del Gobierno amenace a otras señorías, suponemos que quiso decir lo que dijo y que, en lo referente a su tesis doctoral, nos íbamos a enterar de todo. Y en eso estamos.

Ahora que con este Gobierno, en apenas tres meses, se han solucionado nuestros problemas, sociales, económicos, de convivencia y hasta de supervivencia, ahora que hemos recuperado el prestigio internacional perdido, ahora que tenemos una televisión pública objetiva, profesional, imparcial y alejada de toda contaminación política y ahora que en las calles de Cataluña se vive una atmósfera de tranquilidad y concordia, es el momento de pararnos a considerar la idoneidad de la formación académica de los hombres que se dedican a la cosa pública, y los partidos políticos se dedican a ello con entusiasmo, altruismo y sin ninguna mira electoral.

Pero como todo lo que hace esta partitocracia nuestra es por nuestro bien, nos gustaría enterarnos de lo que ha pasado, de lo que está pasando y de lo que va a pasar.

Como diría Manuela Carmena, todos queremos ser “participatarios”. Y es que primarias, igual viene de “primos”.

 
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