Las píldoras del día siguiente

En circunstancias normales, un candidato que perdiera unas elecciones podría empezar a tener problemas y amarguras al día siguiente de los comicios. El presunto perdedor –si es que las encuestas no fallan- de las generales que se celebrarán en España el próximo domingo es Alfredo Pérez Rubalcaba, y a él correspondería, de cumplirse los pronósticos, pasar su particular calvario el día siguiente.

Pero como la política en nuestro país no es algo que pueda calificarse de normal, he aquí que las píldoras amargas que el candidato socialista debería empezar a tragar, supuestamente, el día 21, ya le están empezando a ser suministradas y no precisamente por sus adversarios políticos.

A la vista de los posibles resultados, son los propios militantes socialistas quienes se están encargando de recetar los más amargos bebedizos a Pérez Rubalcaba que, además de fajarse en la campaña electoral, tiene que tragar píldoras y más píldoras con una antelación desusada en estos casos.

Bien es verdad que él mismo abrió la veda cuando fue preguntado sobre una posible dimisión tras la previsible derrota en las urnas y contestó que él no tenía que dimitir de nada puesto que no era el secretario general del Partido Socialista. A partir de ahí las lenguas se desataron y comenzaron los más que rumores sobre la sucesión de Rodríguez Zapatero. Desde posibles ‘tapados’ hasta José Bono -pasando por Fernández Vara- todos querían parecer posibles. Unos más callados y otros más habladores han dejado fluir el agua del relevo. Un flujo que seguía su curso más o menos normal, hasta que ha terciado Carmen Chacón.

Se venía venir. La política catalana ha hecho una campaña por su cuenta y la ha hecho por y para sí misma, sin tener en cuenta ni consignas, ni eslóganes ni tan siquiera argumentarios. Ha sido una campaña hecha a mayor gloria de ella misma y que sólo se vio interrumpida por su viaje para recoger el cadáver de un militar español.

‘A ver quién se atreve a decir que una mujer catalana no puede liderar el PSOE’. Demasiado para un Pérez Rubalcaba ya muy tocado. Chacón nos tiene acostumbrados a un hablar solemne y pausado en su calidad de ministra de Defensa. En catalán habla más deprisa y con menos solemnidad, pero se le entiende todo. Usar el verbo ‘atreverse’ y mezclar en el mismo párrafo ‘mujer’ y ‘catalana’, no están pronunciados porque sí y sin pensarlo. Es algo meditado y premeditado a cuatro días de las elecciones.

Su candidatura ya está lanzada y esta vez no va a renunciar, como ya lo hizo, a ser la que se enfrentara a Rajoy en las elecciones generales. Sobre la oportunidad de la intervención, ahora y aquí, ella misma podrá hacerse una idea a no tardar mucho, pero para Alfredo Pérez Rubalcaba la frase de marras no ha podido ser ni más inoportuna ni más perjudicial.

Por un lado le da como seguro perdedor de las elecciones y por otro, supone, que el margen de pérdida va a ser tal que impedirá a Rubalcaba postularse para liderar el PSOE.

Toda una píldora que se ha adelantado al día siguiente.

 
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