Por la boca… PSOE versus socialismo

Pedro Sánchez presenta sus 35 compromisos sociales.
Pedro Sánchez presenta sus 35 compromisos sociales.

Sánchez nunca ha tenido la autoridad en el Partido Socialista. Ha detentado y detenta el poder. Aquella distinción que hacía la Roma clásica entre auctoritas y potestas, es lo más adecuado para analizar su situación. Tiene el poder y hasta la fuerza del poder con el que hace y deshace a su antojo, pero la categoría moral, el prestigio y el reconocimiento que da la autoridad, no.

Tras las timoratas protestas de algunos barones del PSOE y sus enfrentamientos -más bien débiles- con Iceta, se especula mucho sobre una supuesta crisis en el partido.

Si existe crisis, además de que es soterrada y silenciosa, viene de atrás, de los tiempos de ese personaje nefasto para España y para el socialismo que fue Rodríguez Zapatero.

Lo que sí existe con Sánchez, es una disociación evidente entre el actual Partido Socialista y el socialismo español.

 Basta con atender a la situación creada en Cataluña, para advertir la poca semejanza entre los postulados socialistas de siempre en relación a la unidad de España y la utilización de Sánchez del fenómeno separatista para sus fines personales.

Es suficiente examinar las tendencias históricas del socialismo español respecto al comunismo y sus posibles alianzas con los comunistas, para concluir que el posible gobierno de Sánchez con los comunistas de Podemos no es más que el fruto de sus ambiciones  de poder.

Ambas alianzas, la firmada con los comunistas de Podemos y la, posiblemente, ya firmada con los separatistas de la Esquerra, no pueden estar más lejos de los planteamientos más arraigados en el ideario socialista.

 Sánchez nunca ha tenido la autoridad en el Partido Socialista. Ha detentado y detenta el poder. Aquella distinción que hacía la Roma clásica entre auctoritas y potestas, es lo más adecuado para analizar su situación. Tiene el poder y hasta la fuerza del poder con el que hace y deshace a su antojo, pero la categoría moral, el prestigio y el reconocimiento que da la autoridad, no. Ha sido y sigue siendo constantemente cuestionado por sus compañeros. Tener el B.O.E, es fundamental para cualquiera que quiera conservar el poder a toda costa, pero con el B.O.E no basta, para liderar una formación de la categoría del PSOE. La menor fisura en la fuerza que ahora maneja, puede hacerle salir (ya ocurrió) de Ferraz con los pies políticos por delante.

Los apoyos penden de un hilo y, salvo la guardia pretoriana y algunos miembros del Gobierno, Sánchez cuenta con adhesiones muy débiles tanto en cuanto dependen de un sueldo y cuando las posibilidades de esos sueldos se esfumen… Su autoridad ideológica, moral y hasta política, dentro del socialismo, es escasita y está en franco declive.

 

Y, en esta situación, lo que es bueno para Pedro Sánchez es malo para el Partido Socialista.

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