Aquí todos recusan a todos y todos, incluido el AVE, están en las nubes y se tiran el Constitucional a la cabeza.

Dice un cargo, medianamente alto, de Génova que ‘ya nos estaban tocando demasiado las narices’ y puede que sea verdad; pero el espectáculo de unos y otros a golpes de recusación dice poco de la clase política. Es lo que tenemos y lo que vamos a tener tras las generales, gane quien gane y pierda quien pierda.

Entre recusaciones y primos físicos aquí estamos en un continuo sobresalto. También en Génova se escuchan lamentos por lo del primo de Rajoy. Dice un amigo mío que todo lo que ha dicho el presidente Popular sobre Al Gore es la pura verdad, pero que para decir las verdades ya está el Papa y que lo que tiene que hacer un político –con las elecciones a la vuelta de la esquina- es ganarlas. Pues lleva razón.

Y entre recusación y recusación se tiran los trastos a la cabeza, ya sea en forma de primo o en forma de ministra de Fomento, que también es una cruz para el Gobierno. Magdalena Álvarez tiene todos los visos de llegar incólume a las elecciones porque Rodríguez Zapatero no es que no rectifique sino que cada día está más encantado de conocerse, sobre todo cuando hace poesía en prosa como el párrafo que nos ha endilgado sobre los emigrantes que le miran a los ojos y claman porque salga en defensa de la vida, de la nuestra y la de ellos. Emocionante.

Pero hay más recusaciones y no solo las de la ministra de Fomento, las del Tribunal Constitucional, las del primo de Rajoy, las de Rajoy a Al Gore, las de Montilla a la Ministra de Fomento, las de los barceloneses a la ministra de Fomento, las de Convergencia a la ministra de Fomento, las del Partido Popular a la ministra de Fomento, las del sector de la construcción a la ministra de Fomento o las del tripartito catalán a la ministra de Fomento.

Por ejemplo, los juristas –así en general, y con la vicepresidenta De La Vega a la cabeza- recusan ‘in pectore’ al ministro de justicia. El ministro de Justicia recusa –no tan ‘in pectore’- a los jueces y fiscales de carrera y oposición, y hasta los muyahidines de Burgos recusan al Cid, que ya es recusar. Y ya, mezclando, no digamos nada de los 15 edificios de Hospitales del Llobregat que recusan a las obras del AVE a base de grietas en sus paredes.

La opinión pública recusa la ‘puntualidad’ del juez que ha dejado en la calle y ‘de rositas’ al agresor de la joven ecuatoriana, por eso de que fue ‘un hecho puntual’. Pues menos mal.

Rosa Díez recusa a ‘Ciutadans’ y Ciutadans recusa a Rosa Díez –Savater incluido- pero en una de estas los electores recusan a todos y tenemos una desgracia, como dice mi portero.

Las televisiones se recusan unas a otras con eso del fútbol y hasta los espectadores abonados van a empezar a recusar a sus clubes por los cambios continuos de horarios.

En un momento llegarán las recusaciones a la letra del Himno Nacional con la que nos amenazan a todos los españoles que no jugamos en ninguna selección, ni participamos en deportes de élite, y ya verán que, en comparación, lo de la memoria histórica se va a quedar en ‘los huesos’ con la que se va a armar con los versos patrióticos que se avecinan.

 

Hasta en el Partido Socialista recusan –soto voce, eso sí- a Blanco y le hacen ‘luz de gas (¡a él!), con lo del globo sonda de los acuerdos con la Iglesia Católica. Afirman sus allegados que casi le da una alferecía antes de montar el ‘pollo’ –según dicen- a López Aguilar y a Caldera que en esos momentos estaba leyendo la ya mencionada poesía en prosa de Rodríguez Zapatero sobre la vida de los emigrantes.

Y ya, lo que nos faltaba: el presidente del Gobierno confiesa sin el menor rubor que el preámbulo de la Ley de Memoria Histórica se debe a su facundia con la pluma. Y ante esa confesión a ver quién es el guapo que recusa a un solo muerto ni a una sola cuneta. Claro que también se confesó ante los fiscales como el ‘sincero valedor de la imparcialidad del Ministerio Fiscal’ y presumió de ser el único presidente de la democracia que había visitado aquella casa. Hombre, a lo mejor a los otros les dio vergüenza por si Montesquieu se levantaba de la tumba en la que le metió Alfonso Guerra.

Y qué decir de aquella Constitución Europea que elaboraron los Del Río y que han recusado en Europa, con la ilusión que pusimos todos en su votación. Pero así es la vida y es lo que dicen la pareja de artistas. ‘dónde esté La Macarena…’. Canción por supuesto.

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