La venganza de la Petra

“La venganza de la Petra” es una de las obras más celebradas de Don Carlos Arniches, que se enmarca en sus obras más dramáticas, es decir, sin abandonar su tono sainetesco añade unos ingredientes de dramatismo individual de los personajes. Carod Rovira ha decidido, "motu proprio", que ningún catalán debe apoyar la candidatura de Madrid 2012 para organizar las olimpiadas. Todo ha sido una venganza, mezquina, enana, alicorta y maloliente por el fiasco de sus intentos para conseguir que una selección catalana sea admitida en competiciones internacionales por la federación correspondiente. Burdo, chabacano y cutre como todos los chantajes. Carod tiene chantajeada a la sociedad española y lo hace por persona interpuesta, en este caso el Presidente del Gobierno don José Luis Rodríguez Zapatero, y como todos los chantajistas cada día pide más. El chantaje o se corta o se acaba pagando para toda la vida. El chantaje de Carod se acabará el día que el Presidente del Gobierno diga, "hasta aquí hemos llegado" pero el problema que tenemos los españoles, todos los españoles, es si va a decir eso y cuándo lo va a decir. Lo de menos es si hay Olimpiada a pesar del señor Carod, que ojalá sea así, pero lo que es evidente es que el señor Carod, con patines y sin ellos, nunca habría apoyado la Olimpiada madrileña ni hubiera aconsejado a los catalanes que lo hicieran. En cualquier caso es bueno, si es que es así, que Madrid tenga una Olimpiada sin el concurso de semejante personaje. En la historia de España ha habido reyes y gobernantes que no se han sentido españoles, pero que a lo largo de su gestión han procurado serlo e identificarse con ellos. Casos como el del Emperador Carlos, José Bonaparte o Amadeo de Saboya, son ilustrativos de esta situación. Carlos I era flamenco y, como tal, llegó a España y aunque subordinó, durante gran parte de su reinado, los intereses de España a los del Imperio, nunca atacó a España, hizo esfuerzos por ser y sentirse español, dejó un hijo españolísimo al frente del Imperio y acabó sus días en un monasterio extremeño. José Bonaparte hizo todo lo que pudo, que no era mucho, por caer bien en España y Amadeo de Saboya luchó contra lo imposible por llegar a ser un buen Rey de España. Carod no. Carod, gobierna en España contra España y los españoles, odiando todo lo español y haciendo gala de su antiespañolismo. ¿Por qué gobierna? Dice Aristóteles en su "Ética", que prefiere la acción de un malvado a la sonrisa de un bobo vacío de ideas. Y aunque el filósofo griego no habla de talante, ahí puede estar la explicación del gobierno de Carod.

 
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