Medidas populistas con resultados impopulares

Vehículo de la Policía Nacional.
Vehículo de la Policía Nacional en una calle durante el confinamiento.

Han pasado ya varios meses desde que el Gobierno decretara el estado de alarma. Cuatro de los cuales los hemos vivido ya sin confinamiento. Sin embargo, por más que tiro de hemeroteca, por más que reviso el BOE y por más que hablo con empresarios,  autónomos y trabajadores, no logro ver qué medidas eficaces se han adoptado hasta el momento.

Nada más comenzar el confinamiento, se adoptaron una serie de medidas relacionadas con los impuestos, con la regulación del empleo y con la liquidez. Seguro que alguien me dirá que ha habido otras medidas, pero no resuenan en mi cabeza como destacables. Es cierto que se ha procedido a renovar el período de vigencia de los ERTE y se ha aprobado el famoso IMV.

El Gobierno también se ha auto aplaudido tras el acuerdo europeo para la creación del Fondo Europeo de Reconstrucción, del que, aparentemente, nos llegarán 140.000 millones de euros entre subvenciones y préstamos. También se satisface anunciando la derogación de la reforma laboral y anuncia que va a conseguir aprobar los PGE.

Así, a primera vista, suena estupendo. Pero empieza a ser curioso que todo ello haya sido aprobado sin haber logrado el apoyo general que la situación merece. Y que la distancia entre partidos aparente ser cada vez mayor (igual no sólo es apariencia). 

Sin embargo, lo que han venido siendo medidas populistas, celebradas por un gran número de afectados: trabajadores, parados, autónomos, pymes…se han convertido en medidas impopulares debido a la incapacidad del sistema para ponerlas en marcha. Por citar algunas: ICO, subsidios ERTE, IMV, fraccionamiento o aplazamiento en los impuestos….

Y es probable que este fiasco se haya producido porque el distanciamiento social que la pandemia requiere ya se viene produciendo desde hace años entre los gobernantes y la realidad de la calle, así como por el desconocimiento de nuestros dirigentes sobre el funcionamiento de las administraciones. De poco sirve legislar medidas que se anuncian a bombo y platillo como el maná para que todos vivamos mejor si luego no son capaces de ejecutarlas.

El populismo reconvertido a impopularidad está desalentando aun más, si es que es posible mayor desaliento, la fe de nuestra sociedad en los políticos. Afortunadamente, España es un país que ha demostrado capacidad de esfuerzo. Y nuestro bonito cielo azul convierte la tristeza en deseo e ilusión por sacarnos adelante. Una pena que no haya una sociedad civil bien cohesionada, a pesar de lo cual, seremos capaces de salir adelante.

 
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