Francisco Rubira

Aviso Comercial: Se avecina Nueva Burbuja de Internet

Eran las siete de la mañana en Miami del miércoles 26 de julio de 2000, hacía mucho calor y humedad en el ambiente, algo pasaba en la madrileña sede de Telefónica, los teletipos se encargan de desvelar el misterio: Juan Villalonga acaba de dimitir como Presidente de Telefónica. El desconcierto se apodera de las oficinas centrales de Telefónica en el 1221 de Brickell Avenue en Miami, donde cerca de mil empleados de más de 15 nacionalidades distintas trabajaban duro en el mayor y más ambicioso proyecto de Internet de habla hispana.

Una hora más tarde Rafael Hernandez, en ese momento CEO de Telefónica B2B, convocaba a una ‘conference call’ a todos sus ejecutivos y les informaba del relevo de Juan Villalonga por Cesar Alierta. Garantizaba que todo seguía igual y animaba a todos sus empleados a continuar trabajando duro y seguir creando valor en la mayor compañía de Telecomunicaciones de habla hispana.

Nueve meses más tarde se colocaba el cartel de ‘se alquila’ en el flamante edificio del 1221 de Brickell Avenue de Miami, Florida.

Atrás quedaban empresas como Katalyx con un gasto en 12 meses de 180 millones de US$ y cero de venta, o la compra de Lycos por 12.500 millones de US$.

La recién creada burbuja de Internet acababa de reventar en mil pedazos.

¿Cuál fue el principal factor que movió a todas estas personas y a otros muchos a fabricar esta burbuja? La respuesta, años después se acontece evidente y fácil. Se llama AVARICIA: el desmedido afan de poseer y adquirir riquezas. No cabe otra respuesta.

Por cierto, actitud humana y prosaica, donde las haya. Esto no es nuevo. Si el lector abre el libro más leído y vendido, como mi gran amigo Molina lo llama, el “best seller del evangelio”; y se detiene en el evangelista Juan, capitulo 2 versículos 13 a 17 encontrará que ya hace algo más de 2000 años existía la avaricia: esos mercaderes del templo que comerciaban con todo tipo de animales para realizar la ofrenda, incrementando el precio más allá de lo acordado, medio ‘siclo’ (moneda especial equivalente al jornal de un obrero). Por cierto, si no se quiere realizar la lectura se puede contemplar el magnífico Greco titulado “expulsión de los mercaderes del templo”

Estamos asistiendo a la misma sintomatología que en el año 2000 vivimos, a saber:

1.      Rápidos movimientos accionariales de bajo nivel de inversión y con repercusión medíatica: véase Tuenti y su reciente ampliación de capital.

 

2.      Elevación a los ‘altares’ de los fundadores y/o creación de mitos: véase la reciente publicación del libro de Ben Mezrich: ‘Multimillonario por accidente: El nacimiento de Facebook’.

3.      Creación de un estado de ‘opinión’ favorable a las nuevas tendencias: búsquese información sobre redes sociales y el tiempo de uso de las mismas: no es un modelo sostenible.

4.      Aparición de proyecciones de crecimientos de ‘dos’ dígitos, y crecimientos de ventas tan solo justificadas en el interior de la imaginación humana.

5.      Anuncio de nuevas funcionalidades y/o lanzamiento de nuevos productos que van a ser la delicia de usuarios y anunciantes. Aquí hay cientos de ejemplos, por ejemplo búsquese el anuncio de Zaryn Dentzel, de la nueva estrategia que han diseñado en el blog corporativo de su empresa.

Como dice el refranero: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”

Pues eso, que las Redes sociales sin duda alguna son un avance, pero se están utilizando para calentar el ambiente innecesariamente.

¿La solución? Existe, como en todo acto de avaricia, uno vende y otro compra. Visto que los vendedores empiezan a tomar posiciones, invito a los posibles compradores, a no comprar o si se ven ‘obligados a comprar’ que el precio que acuerden sea acorde con proyecciones racionales y nunca desmesuradas. Por favor relean los cinco puntos arriba descritos que ya lo vivimos hace ahora diez años.

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