Corrupción multicolor y no sólo política

Puede presentarse como algo inevitable, y en cierto sentido lo es en cuanto que es una manifestación de la bajeza y mezquindad humana. Algunos en nuestro país dan por hecho que la corrupción es la única vía para trabajar con administraciones públicas, y eso no es o no debe ser así, aunque escuchando a ciertos empresarios parece que sí lo ha sido y lo sigue siendo en ciertas esferas y lugares.

Se está juzgando en la Audiencia Nacional el Gürtel valenciano, la financiación ilegal del PP. Corrupción política y corrupción empresarial. Hay reconocimiento de nueve empresarios, cabecillas de Gürtel y de Ricardo Costa – ex secretario general del PP en la Comunidad Valenciana -, que son el triángulo de los corruptos confesos.

Costa ha iniciado la estrategia de elevar la culpa a Camps y a otros líderes pasados o actuales del PP. Resulta curioso que lo haga ahora. Las acusaciones de Costa deberían ir acompañadas de pruebas y sus palabras requieren la espera de la sentencia firme de los tribunales: quitarse culpas y vertirlas en otros es fácil, sobre todo si se uno se plantea el “cui prodest” de un proceso judicial, que en este caso apunta al confeso Costa.

Con motivo de este juicio al PP, se escuchan y leen afirmaciones temerarias, imprudentes, arriesgadas. Incluso podrían ser objeto de denuncia judicial, como las esgrimidas por la vicepresidenta Mónica Oltra de que Mariano Rajoy está al frente de la corrupción del PP, y que con el tiempo se sabrá, “como ahora se ha sabido lo de Camps”. Otorga a un acusado como Costa el don de la infalibilidad, para desgastar a Camps, al PP valenciano y, de paso, al PP nacional: todo en el mismo saco, sale barato.

Nueve empresarios han reconocido que financiaron al PP valenciano. Es totalmente reprochable, a la vez que se observa un silencio casi total por la financiación de Convergencia en Cataluña, pendientes del órdago independentista, de un alocado e inconsciente Carles Puigdemont. Pero así son las cosas: sólo existe en la Comunidad Valenciana esa irregularidad, a juzgar por lo que lee, ve y escucha. ¿Y los dos expresidentes socialistas juzgados en Andalucía? Diversas varas de medir.

Es injusto generalizar la corrupción ni entre los políticos ni entre los empresarios. La mayoría son honrados. Sin embargo, la tentación de los gobernantes es muy fuerte, pues pasan por sus manos decisiones que suponen muchos millones, o a nivel local unas cantidades de dinero considerables. Y para los empresarios es tanto y más tentador

De todas formas, esperemos que los “rumores” o “intentos” de soborno actuales, de partidos políticos que no son el PP y que gobiernan en diferentes ámbitos, se queden en eso, porque los hay. Y hay empresarios que, con el PP y con otros partidos políticos ahora, se mantienen éticos y profesionales, sin aceptar ni insinuaciones de comisiones irregulares.

Contra la corrupción, transparencia, no mirar hacia otro lado, responsabilidad “in vigilando” de los gobernantes y empresarios, pero también ética.

Si un gobernante – por poner un ejemplo real – le pide a un empresario que le pague una semana de vacaciones a él y su familia, no supone una cantidad descomunal, queda fácilmente encubierta y el empresario sabe que, si se lo pide, es porque cuenta con obtenerlo. Así se cultiva la corrupción, en pequeñas, medianas y grandes cantidades.

 

En la batalla contra la corrupción, lo legal no basta con frecuencia, se requiere ética. Cargos políticos, empresarios, responsables de Urbanismo…Y también incluyo a los medios de comunicación: hay de todo…como en todo, y el periodista suele ser un eslabón débil, que está a las órdenes de un empresario de la comunicación o que puede salirse de la ruleta de la corrupción, aunque le supondrá un notable esfuerzo, precisamente en momentos de grave crisis laboral entre los periodistas.

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