Detenido David, “el del plátano”

            La Policía Nacional de Villarreal detuvo a última hora del martes a David, el joven de 26 años que lanzó el plátano a Daniel Alves en el partido disputado en El Madrigal el pasado domingo. Se le acusa de atentar a los derechos fundamentales y a las libertades públicas, según  el artículo 510 del Código Penal.

            El incidente del plátano ha dado mucho que hablar. Algunos han minimizado el incidente, pero tanto el Villarreal C.F. como la Policía Nacional han reaccionado con una contundencia que siembran un precedente de gran interés para ciertos hechos que, con demasiada frecuencia, se dan en los estadios de fútbol.

El Villarreal reaccionó  con rapidez y contundencia identificando  al autor, retirándole  el carnet e impidiéndole  de por vida acceder al estadio. Sencillamente, sólo cabe felicitar a los servicios de vigilancia y control del estadio por su profesionalidad y, particularmente, a  Fernando Roig, que como Presidente sabe tomar las medidas oportunas con rapidez y contundencia: la tibieza sólo genera reincidencias, en cualquier institución social, y el mundo del fútbol ha de defender unas barreras infranqueables.

            Hay que reconocer, también, que el jugador azulgrana supo reaccionar con categoría humana y deportiva, comiéndose el plátano. Alves, con ganada fama de temperamental y primario, esta vez ha demostrado que sí se puede aprender, y él lo ha hecho, pues podría haberse dirigido a los espectadores en general con enfado o con cualquier gesto de respuesta que extendiera a la afición de El Madrigal una acción que sólo corresponde a un energúmeno, o llamémosle “racista”, porque los calificativos pueden ser múltiples.

            La afición “amarilla” y los espectadores de El Madrigal tienen fama, y bien ganada, de corrección, educación y elegancia. En 14 años que llevo asistiendo al estadio en numerosas ocasiones he comprobado lo que es crecer como entidad, no sólo en cuanto a éxitos deportivos, sino los que importan incluso más, que son los aspectos humanos, solidarios y defensa de unos valores que entre todos hemos de cultivar y apoyar, porque se trata de que el derecho se respete “también” en los partidos de fútbol. Destacan esas cualidades de los asiduos espectadores de El Madrigal  aficiones de todos los puntos de España, y también de otros países cuando han venido con motivo de competiciones europeas al estadio que no ha cesado de crecer en capacidad y – lo que es más importante – en señorío, en categoría humana, y en garantizar los derechos de todos.

            Es una acción racista que no podía ni debía quedar impune, pues si no se ataja de raíz puede generar reiteraciones antijurídicas. El incidente del “plátano” ha de hacer reflexionar, además, a quienes justifican que en un partido de fútbol, en medio de pasiones y emociones, se profieran insultos  o se cometan acciones fuera de lugar. Sabio el refrán que dice  “en la mesa y en el juego se conoce al caballero”. La connotación racista del lanzamiento del plátano es grave, no es una minucia. Una vez más, la afición está con Fernando Roig, y agradece su firmeza, y la Policía Nacional ha confirmado que no es sólo cuestión de “sensibilidad”, sino que el Estado de Derecho debe actuar.

 
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