Gana Rajoy

Al mareo continuo que provocan las cifras económicas, se suman los nervios y las diferentes valoraciones. Todo es comprensible, o casi todo, pero que cada uno asumamos la tarea de tener un criterio propio sobre lo que está pasando.

Hace unos días, escribí “Pulso Rajoy-Bruselas”: Rajoy pedía un 5,8% de déficit en 2012 y Bruselas exigía el 4,4%. El resultado de las reuniones y negociaciones ha sido que ambos han aceptado un déficit del 5,3%, enfatizando de nuevo Rajoy que España cumplirá, y que en 2013 por supuesto que se logrará el 3% de déficit.

Ante este dato del déficit para 2012, no hay que acudir solamente a valoraciones de líderes políticos, sino ejercitar el sentido común. Ha ganado Rajoy, porque la propuesta ganadora ha sido suya: sólo ha tenido que ceder a Bruselas un 0,5%. Por supuesto, el partido sigue y, a esta victoria inicial de Rajoy, habrá que añadir lo que suceda en mayo, que es cuando Bruselas evaluará el asombroso desfase en el déficit de 2011 y las medidas concretas de ajuste que Rajoy ha previsto para 2012 y 2013, con la amenaza de una sanción a España.

Mayo será otra cita, pero en estos tiempos dos meses son demasiados. Ahora toca concretar el ajuste, aprobar los presupuestos del Estado. Una mejor coordinación entre los ministros Luis de Guindos y Cristóbal Montoso es necesaria: mientras Guindos ha dicho que el ajuste exigido por Bruselas “se repartirá de forma equitativa entre las administraciones públicas”, Montoso ha asegurado que “recaerá sobre los Presupuestos Generales del Estado”. ¿Tan difícil es que coordinen sus declaraciones?

Está claro que no el Gobierno no subirá el IVA en 2012, pero en 2013 queda la puerta abierta. El recorte afectará a los funcionarios, estoy convencido: adelgazar el Estado es adelgazar lo que perciben los que trabajan para el Estado y las diversas administraciones públicas. Soy partidario de que en sanidad empiecen a pagarse servicios –no utilizo la palabra “copago”, porque resulta equívoca-, eximiendo a pensionistas, parados y menores de edad, es decir, con criterio solidario y sentido común. Soy partidario de evitar duplicidades en los servicios del Estado y de las autonomías, y estudiar con valentía la supresión o/y fusión de órganos poco útiles, que equivale a replantearse algunas instituciones de las comunidades autónomas, revisando si es necesario los Estatutos de Autonomía. Habrá impuestos especiales y privatizaciones. Y algo muy importante: diputados, senadores y todo tipo de políticos han de seguir bajándose el sueldo, los complementos, las dietas y un amplio etcétera.

¿Nos convenceremos, de una vez por todas, que lo gratis sale muy caro? No se valora lo gratuito, se hace un mal uso –es decir, se abusa- y la austeridad brilla por su ausencia. Regla de oro: siempre paga alguien lo que se regala, y nos olvidamos que los servicios públicos los pagamos entre todos.

Rajoy está dominando en el partido de ajedrez que es la política. Pronostica peores resultados para España que organismos internacionales muy cualificados, y logra desconcertar a la OCDE, que insiste en que España va a ir mucho mejor en 2012 de lo que dice Rajoy. ¿A quién creer? Rajoy teme que en Andalucía se descubran numerosos “agujeros”. Rajoy es consciente de que una cosa es recortar gastos y otra muy distinta empezar a crecer, a crear empleo.

Los sindicatos están descolocados, y se han precipitado convocando la huelga general del 29-M. Son ya actores secundarios y más que devaluados, porque su silencio durante los Gobiernos de ZP les desautorizan, mientras se destruían 3 millones de puestos de trabajo. El PSOE puede hacer oposición con altura de miras, o seguir la guerra de guerrillas contra el Gobierno, porque no está en condiciones de plantear una guerra a campo abierto: los españoles quieren que el PSOE llegue a acuerdos con el PP, que haya unidad de actuación. Pero me temo que Rubalcaba no puede ni quiere.

 
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