Monago patina
Acaba de afirmar que a ninguna mujer se le puede obligar a ser madre, a raíz de la reciente modificación que ha llevado a cabo el Gobierno de la Ley del Aborto, cambiando el “aborto libre” de Zapatero por una ley que defiende la vida y, sólo como excepcional, admite el aborto en el caso de riesgo para la salud de la madre y por violación.
Monago se muestra contrario a la reforma que ha hecho su partido. Lo curioso es que el PP concurrió a las elecciones generales con un programa que incluía una reforma del aborto en la línea que ahora ha aprobado. Ojalá el Gobierno hubiera cumplido más puntos de su programa: le quedan 2 años.
El PP ha cumplido su promesa – con mucho retraso, dos años, para la importancia que tiene el derecho a la vida- y, si tan contrario es Monago a este punto del programa del PP, lo coherente en su caso hubiera sido no presentarse por el PP. Es cierto que ningún partido político recoge al 100% lo que cada uno de nosotros desearía, pero es la vida misma, la realidad de que no puede haber 40 millones de partidos políticos en España, y hemos de votar o no votar en función de lo que existe.
Monago ya ha manifestado en varias ocasiones sus discrepancias con el Gobierno o con Génova. Que en el PP o en cualquier partido político haya discrepancias entre sus cargos o militantes es lógico y hasta sano, pero dentro de unos límites racionales y de coherencia.
No conocemos bien el itinerario de esta ley en estos dos años. Sólo quedan algunos atisbos de que el ministro de Justicia deseaba sacarla adelante mucho antes, y que ha habido discrepancias en el seno del Gobierno sobre el contenido y la fecha de aprobación. Para mí no hay dudas de que la reforma efectuada es un paso muy positivo en la defensa de la vida, el primer derecho que hay que defender.
Monago patina porque hay un ser humano desde la concepción, y la maternidad es una opción que empieza en ese instante. La ciencia y la ética avalan la defensa del concebido. Decir que es obligar a ser madre por no poder atentar contra la vida que lleva en su seno es una falacia, una demagogia, que ni es feminismo y ni progresismo.
