Soluciones ante desahucios

Los desahucios existen en todo el mundo, en España y en Alemania. En lugar de utilizar esta realidad con demagogia y hasta con violencia, hay que encontrar soluciones, porque las hay.

Los denominados "escraches" (acosos a políticos), sobre todo por los desahucios, son una forma de violencia que no comparto. Tampoco me parece que sea adecuado compararlos con la violencia nazi – como ha hecho María Dolores de Cospedal – ni con el matonismo de los seguidores de ETA – como ha hecho Esperanza Aguirre-, pues dista mucho de ese tipo de violencia. Más incomprensible resulta que la socialista Carme Chacón abandere ahora las protestas contra los desahucios, y cuando formaba parte del Gobierno agilizó los trámites para desahuciar.

Resulta innegable que hay sectores interesados en agitar, insultar, descalificar y estigmatizar a los políticos del PP, y sólo del PP. Sin embargo, ni los políticos han de avivar la llama ni la sociedad debe resignarse, quejarse o utilizar la violencia.

Hay que buscar soluciones humanitarias, con urgencia. Sería muy ilustrativo, probablemente, analizar cada uno de los créditos que se concedieron por Bancos y Cajas para comprar una vivienda, ahora al borde del desahucio, para comprobar si esa operación se hizo con las garantías razonables, o bien fue una locura por parte de la entidad concesionaria. Demostrar ahora esas locuras que se cometieron al conceder créditos serviría para sancionar a las correspondientes Cajas o Bancos, pero siendo realistas ya es tarde. Hay que resolver ya el problema, apelando a la solidaridad concreta, no iniciando investigaciones inacabables para hallar posibles cuotas de "culpa".

Soluciones como la adoptada por la Junta de Andalucía –expropiar viviendas y multar los propietarios que no arrienden-, con el populismo y dudosa constitucionalidad que entraña esta medida del PSOE y de IU, no son la solución. La solución es abordar con seriedad cada uno de los desahucios, como ha hecho el Ayuntamiento de Onda, que es una medida pionera en España: crear un fondo municipal solidario para pagar el alquiler o la hipoteca, estudiando caso por caso, y ha logrado poner de acuerdo a entidades bancarias y afectados por los desahucios.

El alcalde de Onda (Castellón), Salvador Aguilella, ha dado en el clavo. Y ha demostrado que los problemas se resuelven con mayor eficacia con la política de proximidad, pues se conocen y resuelven mejor las necesidades reales. Ni escraches ni desahucios crueles. Y me gusta que haya aprobado estos alquileres o vencimientos de créditos por razones humanitarias con una medida adicional nada desdeñable: los beneficiados habrán de asumir tareas de interés ciudadano. De ese modo se evitan la picaresca y la facilonería: ayudar a los necesitados a cambio de trabajos adecuados a su cualificación o edad. También en las soluciones hay que incluir el esfuerzo de todos, enterrando la cultura de la subvención gratuita: lo totalmente gratis cuesta caro a la sociedad, como estamos comprobando en España.

 
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