Temor a un tripartito en la Comunidad Valenciana

            Ximo Puig, el candidato socialista a la Generalitat Valenciana, se reunió el martes  con los patronos de la fundación Conexus, en un restaurante de Madrid. Es una fundación  independiente y plural, en la que están presentes las tres Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana, Bankia y otros instituciones y empresas significativas valencianas, que buscan la “conexión” económica entre Madrid y Valencia,  por considerarla clave para la recuperación económica valenciana.

            Los patronos pidieron al socialista Puig un pacto entre PP y PSPV, de “concentración”, al estilo alemán, y Puig volvió a descartarlo, aludiendo a que ganarán las elecciones los socialistas y que evitará un gobierno radical. Intentaba de esta manera tranquilizar a los empresarios, pero no lo consiguió.

Existe un temor muy extendido a que gobierne en la Comunidad Valenciana un tripartito de izquierdas, entre el PSPV, Compromís y Esquerra Unida, a partir de 2015. El temor lo están manifestando los empresarios, sectores culturales y educativos.

            Desde Compromís y por parte de los socialistas, están intentando tranquilizar a los ciudadanos, hablando de que será una “transición tranquila”. El propio Ximo Puig afirmó el domingo  que “no va a hacer falta un tripartito porque va a ganar el Partido Socialista, que estén tranquilos”. No es, por tanto, un temor exagerado o que coja desprevenidos a los líderes del hipotético tripartito. Ante esta situación, Ximo Puig, político hábil y experto,  está intentando serenar a los posibles votantes  cambiando el discurso y anunciando una victoria socialista sobre el PP, que va en contra de todos los sondeos que se vienen llevando a cabo.

            Casi nadie se cree que Puig saque más diputados que el PP. Más bien, hay unanimidad en las encuestas, que prevén una caída histórica de votantes a los socialistas, acompañada de otra caída del PP, fenómeno que abre las puertas a muchas posibilidades de gobernar en la Generalitat. UPyD aparece como el partido ideal para llegar a pactos de gobierno, tanto para los socialistas como para los “populares”, pues la formación presidida por Rosa Díez aporta más serenidad.

            Los socialistas temen a Compromís, por su auge y sus exigencias, y también a Esquerra Unida. Las tesis que defienden ambos partidos de apoyo al pancatalanismo independentista no son apoyadas expresamente por Puig, pero tampoco de desmarca con la rotundidad que un sector considerable de votantes socialistas desearía.

            ¿Por qué hay temor a un tripartito? Por la nefasta experiencia  que ha habido de diversos tripartitos en otras comunidades autónomas, en que ha habido descoordinación y una prioridad ideológica sobre una adecuada gestión económica y de creación de empleo. Porque ahora urge que haya unidad, coherencia y fiabilidad  en el gobierno de la Comunidad Valenciana, que atraiga inversiones extranjeras y nacionales: buen entendimiento con Madrid y Bruselas,  en definitiva.  Porque se teme que la Comunidad Valenciana  sea como una “sucursal” de Cataluña y, a medio plazo, el independentismo crezca también en las tres provincias valencianas. Porque se quiere preservar la identidad valenciana. Y por tantos otros motivos que llevan a los sectores empresariales a afirmar que un tripartito será un “desastre”.  Pero falta un año para las elecciones autonómicas y tal vez el tripartito ha errado de estrategia, que puede pagar, y Puig parece darse cuenta ahora.

 
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