Coronavirus: una dosis de calma

Me parece exagerada la preocupación social por el coronavirus. No se debe trivializar, pero tampoco exagerar.

Un medio de comunicación ha iniciado una encuesta entre los lectores sobre si les parece exagerada la preocupación existente, y el 75% piensa que sí es exagerada.

No es sólo una impresión mía, sino de muchas otras personas, algunos de ellos médicos que, oficialmente, dicen lo que tienen que decir de acuerdo con las instrucciones recibidas – y es lo que deben hacer -, y por supuesto farmacéuticos de diversas zonas del país, que hace ya semanas no tienen mascarillas ni pueden conseguirlas por la avalancha de compras.

Varios médicos han expresado su opinión de que les preocupa más la gripe, con 6.000 muertes al año, que el coronavirus. Lo que está claro es que, en estos momentos, preocupa más el coronavirus que la gripe ya conocida, porque es algo nuevo y desconocido en toda su extensión, y siempre lo nuevo genera más desasosiego.

Cuando escribo estas líneas, hay 8 casos de coronavirus confirmados en España, uno de ellos en el Hospital La Plana, de Villarreal, a 7 kilómetros de donde vivo. Cerca, cerca, pero tranquilo porque está atendido desde el primer momento y estudiando sus contactos con familiares y amigos.

En China ya hay más de 2.700 fallecidos y 80.000 infectados. No sé, ni nadie lo sabe, si es una cifra exacta, porque la información de China es todo menos transparente, y así lo ha demostrado ocultando unas semanas la existencia del virus. Y en Europa el foco está en Italia, ya con 11 fallecidos.

El miedo es irracional, la ansiedad tiene diversos orígenes. Entre los hipocondríacos y los asustadizos, no sé si habrá habido estos días en España más compras de mascarillas o bien de medicinas contra la ansiedad.

Un amigo físico acudió a un congreso de su especialidad en Estados Unidos la semana pasada. Me comentó que uno de los ponentes principales era un chino, y optó por exponer su intervención por video-conferencia. Me pareció una medida sencilla, que facilita no inquietar a quienes con facilidad se disparan en sus temores.

Para quienes están alarmados – creo que en exceso -, manifiesto mi confianza en las autoridades sanitarias, autonómicas y estatales. Tenemos un buen sistema sanitario, se está informando con claridad y me constan las diversas circulares que se están enviando a ambulatorios y hospitales, previniendo desde el primer momento.

 

Con la misma claridad, las autoridades están comunicando que, si hay que tomar medidas drásticas, se tomarán, como se hizo en Italia cancelando el Carnaval de Venecia.

En Valencia la proximidad de las Fallas es un motivo de inquietud, teniendo en cuenta los cientos de miles de personas que acuden esos días, muchos italianos. Tanto la Consellería de Sanidad como el Ayuntamiento, han hablado claro: se tomarán las medidas que sean necesarias, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad.

La calma no procede de la superficialidad ni de la inconsciencia, sino de objetivar los riesgos y peligros en su justa medida. Y me parece que conviene bajar la histeria, confiar en las autoridades y, por supuesto, que en los medios de comunicación estemos a la altura, sin rumores, sensacionalismos ni alarmas innecesarias, aunque se lean menos las noticias. No todo vale por la audiencia, y más en casos como el coronavirus.

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