El espejo uruguayo en la pandemia

Luis Lacalle, presidente de Uruguay
Luis Lacalle, presidente de Uruguay

Una y otra vez, desde el Gobierno aluden a lo que sucede en otros países, para justificar las medidas que les interesa, sobre todo en lo relativo a subida de impuestos, pero en la comparación ocultan que esos países tienen un salario mínimo muy superior, una tasa de desempleo muy inferior y una renta per cápita muy superior. Es asombrosa la demagogia, la falta de rigor, y nos deja la sensación de que nos toman por tontos.

Sobre la pandemia, la cota de desinformación y falseamiento es vergonzosa en España. El Gobierno de todos los países ha asumido la responsabilidad sin excusas, mientras Pedro Sánchez se quita de encima la gestión y la traslada a las comunidades autónomas. En la República Checa ha dimitido el ministro de Sanidad: en España nos parecería ciencia-ficción que dimitiera Salvador Illa.

En cualquier tarea, aprender de los que lo hacen bien es parte del buen trabajo y del buen gobierno. En España hay una campaña orquestada para señalar a Ayuso.

Todo lo contrario ha sucedido, y sucede, en Uruguay. Desde el primer momento, el presidente, Luis Lacalle Pou – Partido Nacional, de centro-derecha - ha cogido las riendas con decisión, rapidez y buen gobierno. Ahí están los resultados: en Uruguay ha habido solamente 46 fallecidos por coronavirus.

Lacalle, abogado, es presidente desde el 1 de marzo de 2020. Recién estrenado el cargo, afrontó los tres primeros casos de coronavirus, el 13 de marzo, procedentes de Milán, Barcelona y Madrid.

Lacalle afrontó la grave crisis en todos los terrenos, el sanitario y el económico. Constituyó un consejo asesor y un equipo de 40 expertos, con cuyas recomendaciones tomó las decisiones pertinentes. No ha confinado obligatoriamente a la población, pese a que el anterior presidente, Tabaré Vázquez – del Frente Amplio, de izquierdas -, médico de profesión, defendió la necesidad de confinar obligatoriamente a la población.

Lacalle aprobó un Fondo Coronavirus, ante la grave situación económica generada. Se nutre, por ejemplo, del recorte de salarios del 20% del propio presidente, ministros, diputados y otros empleados públicos que ganen más de 1.600 euros al mes. Además, decidió cerrar diversos Consulados. Algo de todo esto se podría aplicar en España.

Entre las claves de la buena gestión de la pandemia en Uruguay, un pequeño país de 3,5 millones de habitantes y con un tercio de la superficie de España, una buena atención por parte de los médicos de cabecera y atención domiciliaria, para actuar con rapidez y evitar el colapso sanitario. En España hemos sufrido colapso y la atención es con frecuencia telefónica, para desesperación ciudadana.

Si se argumenta que Uruguay no tiene grandes urbes, y se olvida que la capital, Montevideo, es una urbe cosmopolita, con 1,3 millones de habitantes y 2 millones contando el área metropolitana.

 

Uruguay ha ido viendo la gran incidencia del coronavirus en países limítrofes o cercanos, como es el caso de Brasil o Argentina. Y ha tomado medidas. En España vimos cómo golpeaba el virus en Italia y el Gobierno lo consideraba lejano.

Cómo ha gestionado y gestiona la pandemia Uruguay es un espejo donde mirarnos. El recién elegido presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez Sellés, ha subrayado que las medidas que se han de tomar deben basarse en criterios médicos y clínicos. En Uruguay se está haciendo con excelentes resultados, y ojalá aquí se dejen los rifi-rafes políticos: que Pedro Sánchez asuma su responsabilidad, y sea capaz de olvidar que Luis Lacalle es de centro-derecha. Que aprenda algo.

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