La experiencia de elecciones primarias abiertas en la Comunidad Valenciana

            La Comunidad Valenciana está en ebullición política.  Está que “quema”, y no sólo por las Fallas que se acaban de quemar. El PP puede perder el poder  en 2015, y un posible tripartito da por hecho – demasiado pronto- que va a gobernar.

 El bastión “popular” que ha sido la Comunidad Valenciana  puede caer por deméritos propios – corrupción política, gastos alocados,  falta de liderazgo, etc.- y no por méritos del PSPV, ya que los socialistas valencianos prevén sacar los peores resultados de su historia ... y sin embargo gobernar con el apoyo de Compromís y de Esquerra Unida.

Un grave problema para el PSPV es que tiene el menor número de afiliados de toda su historia (16.000) y que Compromís sólo tiene 4.300, ¡y son los partidos decisivos para gobernar en tierras valencianas! Algún invento tenían que hacer ambos partidos para animar a sus bases y dar la apariencia de un mayor peso político. Y lo que han hecho es llevar a cabo unas elecciones primarias abiertas.

Las elecciones primarias abiertas que se están llevando a cabo en Compromís para las elecciones europeas y las que hizo el PSPV para elegir candidato a la Generalitat Valenciana deben analizarse en profundidad, porque suponen una innovación que retrata a los partidos políticos y son una experiencia que puede consolidarse en el futuro de los partidos. La brecha entre partidos políticos y ciudadanos es creciente.

En el lado opuesto, el PP de la Comunidad Valenciana tiene 149.500 militantes,  en constante crecimiento pese a los casos de corrupción política en las filas “populares” y el desgaste de un gobierno muy difícil en la grave crisis económica. Los socialistas lograron 50.000 simpatizantes y la coalición Compromís han logrado 7.200 simpatizantes o ciudadanos que quieren votar. Ante unas cifras de militantes  exiguas – sobre todo comparándolas con el PP-,  tanto el PSPV como Compromís han visto en la fórmula de primarias abiertas una solución  para dar más fuerza a sus elecciones, además  de lograr unos miles de euros que alivien las arcas de los dos partidos. Lo que han hecho PSPV y Compromís no es otra cosa que “hacer de la necesidad virtud”, y  la fórmula les ha salido bien, tanto en lo político como en lo económico.

            En el PP hay líderes que piden elecciones primarias, pero con tal cifra de militantes no se ve la necesidad, ni en la Comunidad Valenciana ni a nivel estatal. Tampoco la ven otros líderes socialistas autonómicos, como el socialista aragonés Javier Lambán, que ha dicho que “las mejores primarias son  las que no se votan”, como ha sido su caso, en que no ha tenido que pelear con otro candidato. En Ferraz no ha gustado la experiencia socialista valenciana, aunque para los intereses de Ximo Puig sí ha sido rentable.

            Una pregunta que surge inmediatamente es si el PP en la Comunidad Valenciana lograría el triple de simpatizantes que de militantes si convocase unas primarias abiertas, lo cual es mera quimera, porque no lo va a hacer. ¿Lograría ahora el PP 450.000 simpatizantes? Es decir, proyectar los resultados que han logrado PSPV y Compromís? Hay quien piensa que sí, que los militantes del PP lo lograrían debidamente aleccionados y movilizados, y hay quien piensa que no, por el estado de desaliento que se percibe en sectores del PP. Al menos, sería interesante ver qué sucedía. Incluyendo el voto “on line” ensayado por Compromís.

 
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