Pedro Sánchez es la mano que mece la cuna

Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión de Control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, en Madrid, (España), a 17 de marzo de 2021.

La actualidad política española, desde hace unos días, no es que sea convulsa ni volátil, sino que las noticias se producen a tal ritmo frenético que, en unas horas, puede cambiar el panorama. 

La mayoría está expresando su indignación por la poca altura de nuestros políticos, anteponiendo los intereses de partido o personales sobre los de interés general, por no llamarlos de “servicio”, porque queda muy lejos para algunos.  Las redes sociales arden.

En plena crisis sanitaria, laboral y económica, hace falta estabilidad y cumplir los acuerdos. Lo ve evidente cualquiera, y todo está saltando por los aires.

Desde luego, hay algunos que son más responsables que otros de estas tormentas políticas. El principal muñidor-artífice-responsable es Pedro Sánchez, en estos momentos presidente del Gobierno. Él es “la mano que mece la cuna”, recogiendo el titulo de una película de 1992 de suspense y venganza.

Una hipótesis de lo que está pasando: Pedro Sánchez, habiendo recibido los fondos europeos para recuperarnos, ve que le conviene adelantar elecciones generales a otoño, tras los resultados de las elecciones en Cataluña, viendo el hundimiento de Ciudadanos, el tortazo del PP y el crecimiento de Vox. Podemos lleva meses hundiéndose: ya que le quita el sueño tener a Pablo Iglesias en el Gobierno y tantos encontronazos le supone gobernar con un partido comunista e independentista, podría prescindir de él, pactando con lo que quede de Ciudadanos, partido al que intentará ayudar para que se recupere un poco. La venganza contra Pablo Iglesias se pone en marcha, y el propio Iglesias se empieza a dar cuenta.

Comienza Pedro Sánchez a mecer la cuna. Moción en la Región de Murcia, junto con Ciudadanos, para echar al PP. Pero falla Ciudadanos y se resquebraja. Cuando escribo estas líneas, se está debatiendo la moción de censura, y el PSOE está dispuesto a que los que fueron diputados de Vox apoyen la moción ¡aceptando el pin parental!

Tras Murcia, Pedro Sánchez tenía pensado el mismo movimiento en la Comunidad de Madrid, acabar con Isabel Díaz Ayuso, que tanto desgaste está suponiendo para el Gobierno. Para ello, cuenta con una abatida Inés Arrimadas, que ve cerca la desaparición y sólo gobernar un tiempo en alguna Comunidad Autónoma le sirve como posible recuperación. Arrimadas no es consciente de que Pedro Sánchez la va a utilizar un tiempo, en vez de a Podemos. Pero, tras la moción en Murcia, Ayuso reacciona con rapidez y convoca elecciones: plan de Sánchez que vuela por los aires.

Con Murcia y Madrid gobernando el PSOE con Ciudadanos, el golpe al PP sería duro. Como decía un colega, es cierto que desgasta gobernar, pero más desgasta no gobernar. Y Sánchez se quiere vengar de Ayuso,  que está ganando a pasos agigantados el apoyo de los madrileños.

Que se prepare Isabel Díaz Ayuso. La campaña de quien mece la cuna va a ser a muerte: la que pueda hacer Pablo Iglesias no tanto, y máxime tras recibir el rechazo de Más Madrid (Errejón también se venga ahora) a concurrir juntos.

 

Cierto: no sólo está en marcha la venganza de Pedro Sánchez. También ha habido venganza en Murcia, entre dos mujeres, una de ellas nominada por Inés Arrimadas y que quería ser  la presidenta. Y también Íñigo Errejón le ha pasado factura a Pablo Iglesias, y ni hablar de sumar votos, pues bien sabe que lo que busca Iglesias es su salvación: va a dejar que se ahogue.

En las elecciones madrileñas del 4 de mayo, puede suceder que dos partidos no obtengan representación, por no llegar al 5%: Ciudadanos y Podemos. Que obtengan representación el PP, PSOE, Vox y Más Madrid, en un tablero nuevo.

¿Mayoría absoluta de Ayuso? No lo creo: tendrá que llegar a un acuerdo con Vox. Pero falta mucho para el 4 de mayo y van a pasar muchas cosas.  Iván Redondo ya está trabajando en ello. Y por los posibles fiascos en Murcia y Madrid para los planes de Pedro Sánchez, tal vez aparque el plan de convocar elecciones generales en otoño: es tan lamentable el espectáculo de egoísmo, juego de tronos o poltronas, que Pedro Sánchez puede quedar socarrado.

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