Del personalismo de Rosa Díez a la mendicidad de Toni Cantó

La volatilidad afecta a cada sondeo o encuesta que se lleva a cabo, y por supuesto hace muy inciertos los resultados de las urnas.

UpyD esperaba recoger los frutos de esa desafección hacia los partidos políticos, pero lo que está recogiendo es una huida masiva de líderes y de votantes, que se ha plasmado en las recientes elecciones andaluzas.

La hemorragia que está sufriendo UPyD puede ser terminal, tanto para Rosa Díez como para el propio partido. No hay que descartar que desaparezca, o que se quede en la marginalidad politica, en buena parte por el “ego” de Rosa Díez.

Rosa Díez no quiso llegar a un acuerdo con Ciudadanos, pese a los sucesivos intentos del partido de Albert Rivera. Ahora, tras el batacazo andaluz, muchos líderes de UPyD esperaban que Rosa Díez asumiera la derrota, pero la líder de UPyD se ha lucido comparando su resistencia numantina con la que ha hecho frente a ETA. ¡Qué tendrá que ver ETA con las urnas democráticas! Me ha asombrado su razonamiento, y me confirma la opinión de que hasta las personas inteligentes – y Díez lo es – patinan cuando la soberbia, que se puede denominar suavemente como “personalismo”, les impide ver con objetividad los acontecimientos, y les falta “inteligencia” o amplitud de miras para reconocer errores e incluso dimitir.

La actitud de Toni Cantó, diputado de UPyD en el Congreso de los Diputados, merece también un duro análisis. Él, que fue militante de Ciudadanos, al ver los resultados de Andalucía, ha visto que tiene menos futuro que un caramelo a la salida de un colegio, o yo cantando, es decir, ninguno. Ha pasado de presentarse como el regenerador de la política, avisando con prepotencia de muchas cuestiones que iba a enderezar en la Comunidad Valenciana, negando el pacto electoral que Ciudadanos ofrecía a UPyD, a suplicar que se le admita en Ciudadanos, a él y a unos cuantos a quienes está alentando.

Carolina Punset fue clara respecto a los líderes como Cantó que ahora quieren pasarse a Ciudadanos: que quiere sumar pero sin ir contra la democracia interna, y que UPyD dio con la puerta en las narices a Ciudadanos cuando, en varias ocasiones, este partido les ofreció ir juntos a las elecciones. Por el momento, Punset le ha devuelto a Cantó el portazo en las narices, invocando que la democracia interna de Ciudadanos no quiere ahora la mendicidad de Toni Cantó.

Tal vez Cantó ha pensado que un actor como él tiene barra libre en la política, opciones de cambiar lo que sea con el fin de ser “alguien” en el panorama político. Sus filigranas políticas, también con alta dosis de “ego”, le dejan muy mal parado. Si Cantó esperaba que Rosa Díez dimitiera, él también debería dimitir, sin mendigar ahora.

 
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