Unos Presupuestos fraudulentos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el acuerdo de presupuestos, la pasada legislatura.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firman el acuerdo de presupuestos.

Era previsible que los Presupuestos elaborados por este Gobierno fueran caóticos, como no puede ser de otro modo en un Gobierno con ocho partidos políticos pilotándolos, aunque en realidad es Podemos quien se ha impuesto.

Son fraudulentos, en primer lugar, para los propios votantes del PSOE. Castigan a las clases medias, esas que los propios socialistas reconocen como su “caladero” de votos. La receta mágica que se pretende aprobar es una subida de impuestos, aunque ya se veía venir que no tiene capacidad para otra cosa. Por su apego a la poltrona, Pedro Sánchez ha dejado que Podemos imponga su criterio, y habrá que ver los votantes socialistas cómo reaccionan próximamente a este intento de Presupuestos que ha presentado Pedro Sánchez.

El Gobierno ha “logrado” que suba la prima de riesgo y disminuya la confianza empresarial. Este Gobierno intentó un impuesto a la banca, pensando que son el gran capital, y los bancos le avisaron: “podemos irnos a otro país en 24 horas”. A la vez, le hicieron ver que todo impuesto a los bancos repercute en los usuarios, es decir, los ciudadanos corrientes, los que tienen cuentas corrientes, efectúan transferencias y usan tarjetas de crédito, es decir, el funcionamiento normal que tenemos todos.

Tiemblan los autónomos y temblamos los que tenemos coche con combustible diésel. ¡Vaya manera de ayudar a las familias medias! Por supuesto, invocando continuamente en el caso del diésel que se busca disminuir la contaminación, cuando hay mucho que aclarar y los expertos no se ponen de acuerdo.

PP y Ciudadanos han atacado duramente estos Presupuestos para 2019, calificándolos como “mentira”, por falsear la realidad de España y utilizando el adjetivo de “panfleto”. Van a intentar frenarlos, porque el documento enviado a Bruselas es un “fraude”. Pablo Casado va a recurrir a Angela Merkel para que desde Europa se paren estos Presupuestos.

Subir el salario mínimo a 900 euros suena bien de entrada, pero todos debemos pensar que “los niños no vienen de París”. ¿Y por qué no los 1.000 euros que pretendía Podemos, o incluso 1.100 euros que suenan mejor? Esta medida generará más paro, pues en empresas grandes y medianas ahora se está saliendo a flote con unos salarios ajustados a las posibilidades. Los que esperaban que su salario subiera ya pueden darlo por imposible, y los que cobran el salario mínimo están temblando.

¿Unos Presupuestos sociales? La sociedad pide que se adelgace el sector público. ¿Dónde va a ahorrar este Gobierno, porque no aparece por ningún lado? Y para contentar a los independentistas catalanes – socios del Gobierno – se barajan unas cifras que indignan en otras Comunidades Autónomas, también entre los líderes del PSOE y de otros partidos socios de Gobierno.

Se suele decir que el papel lo aguanta todo. Es siempre peligroso, y máxime cuando se habla de unos Presupuestos del Estado, con nuestros bolsillos en juego. Soy de los que piensan que donde mejor está el dinero es en nuestro bolsillo, y no soportando subidas de impuestos. ¿Alguien creía que este Gobierno tenía algún otro criterio económico que subir impuestos y contentar a los independentistas?

 
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