España necesita un PSOE pujante

Viva la competencia, la rivalidad, el pulso entre antagonistas, la pugna por el cliente, el votante, el aficionado. Entre instituciones, empresas, colegas, partidos o clubes. Mientras sea sano. Ese higiénico pulso ha hecho mucho bien a la humanidad. Les pongo un ejemplo de esta misma semana.

Uno llega a una tienda de un proveedor de telefonía móvil y entra: primer hito que ha sido posible gracias a la competencia. Porque hace unos años, las grandes operadoras pusieron de moda en este país la atención al cliente exclusivamente a través del teléfono.

Se habló de simplificación, de reducción de costes, de un servicio inalámbrico... Un auténtico martirio.

No es sólo que la resolución de problemas desde la distancia, como ofrecían los ‘call center’, fuera menos eficiente. Es que muchas personas necesitan el contacto personal para confiar su dinero y su futuro a una compañía. Eso les resulta imprescindible. Ha sido la competencia la que ha provocado el regreso al vis a vis.

Pues bien. Una vez dentro de esa tienda como las de antes, uno solicita un duplicado de la tarjeta del móvil. Pregunta del empleado: “¿Ha copiado los datos de contacto?”. Horror. El cliente no lo ha hecho y puede perder muchas horas traspasando después los datos uno a uno. Respuesta del profesional: “no se preocupe; deme sólo un momento”.

Agarra un terminal que estaba despistado por allí, introduce la tarjeta. “Ponga el pin aquí, por favor”. Hace una copia de los contactos en el teléfono. Introduce la tarjeta clonada en el móvil y copia de vuelta los 200 contactos que acababa de grabar en el terminal. “Aquí tiene: una copia de su tarjeta, con los contactos duplicados”.

Maravilloso, ¿verdad? Es otro hito fruto de la competencia.

Ahora, las operadoras suelen ofrecer una atención estupenda: se encargan ellas de proponerte descuentos, eliminan trabas como la permanencia, se suceden las ofertas y ventajas, su personal es más diligente y servicial, etc. En definitiva, el cliente sale ganando... gracias a la pugna de las empresas que compiten por obtener más cuota de mercado.

Precisamente por eso, me produce enorme preocupación constatar que el PSOE no remonta el vuelo. Sigue tocado en la línea de flotación y a la deriva. Escaso de propuestas, con sus líderes quemados, lejos de la ciudadanía como reflejan las encuestas y sin dar muestras de reacción.

 

No me gusta. A España le irá mejor si hay competencia. Digo yo.

Más en twitter: @javierfumero

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