¡Gibraltar, español! ¡Olivenza, portuguesa!

Me ha hecho bastante gracia el comentario que se le ha escapado a nuestro ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en su primera visita a las instituciones europeas. ¿Escapado? Quizás es mucho decir.

Se trató de un comentario distendido, realizado a un viejo conocido del jefe de la diplomacia española: el eurodiputado conservador británico Charles Tannock. Sin embargo, el tema es relevante.

¿Debe España reabrir este debate? ¿Puede exigir legítimamente al Reino Unido la soberanía del Peñón?

Creo que el tema es más complicado de lo que parece y no se puede resolver con un simple recurso a la testosterona.

Es muy sencillo. Los mismos argumentos que utiliza España para reclamar la colonia británica puede emplear por ejemplo Portugal –argumentan algunos- para exigirnos la devolución de lo que consideran suyo: Olivenza.

En el país vecino hay quien asegura que se trata de un territorio ilegalmente ocupado por España. Una región que los españoles se comprometieron a devolver en el Tratado de Viena de 1815 y... hasta hoy.

Es bueno saberlo.

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