Gracias por fumar

Se va a montar una buena polvareda por la iniciativa del Gobierno de legalizar, en determinadas circunstancias, el consumo de tabaco en algunos lugares públicos. La virulencia de los ataques contra esa decisión chocan con los argumentos utilizados, por ejemplo, a favor de la legalización de la marihuana.

Hace casi un año, los Estados de Washington y Colorado aprobaron el uso recreativo de la marihuana, su posesión y venta. Otros 19 estados lo permiten en estos momentos con fines terapéuticos.

Sin embargo, hay serias dudas sobre los efectos benéficos de esta medida. El psiquiatra infantil Mitchell Rosenthal publicó el pasado mes de enero un artículo en The Wall Street Journal alertando sobre los efectos perjudiciales del cannabis en los adolescentes.

Para Rosenthal, fundador de la organización de tratamiento y prevención Phoenix House, la legalización del cannabis perjudica sobre todo a los adolescentes.

-- “Si fumar marihuana ya es un riesgo, en los jóvenes se multiplica el peligro de adicción”. El consumo de cannabis “expone al consumidor al riesgo de la psicosis, a cambios en la anatomía del cerebro, a daños en el corazón y los pulmones. Retrasa la edad de madurar y afecta al aprendizaje, la memoria y la capacidad de discernir”.

Rosenthal no habla de teorías.

-- “Entre los cientos de adolescentes que hemos tratado en los programas de Phoenix House durante las cuatro últimas décadas, la inmensa mayoría no habían consumido otra droga más fuerte que la marihuana. Las vidas de muchos de ellos se han visto alteradas a veces de forma permanente y a menudo trágica, con suicidios, accidentes de tráfico, ahogamientos... También se da el abandono escolar, la depresión crónica o el desempleo”.

Pese a todos estos datos, en Estados Unidos siguen pensando que la marihuana debe ser legal. Y en España también se escuchan voces en ese sentido. Sin embargo, uno se arriesga a ser expulsado del país si muestra alguna duda sobre la prohibición absoluta, impuesta por los gobiernos estatales, de fumar.

No digo que esté bien, ni que esté mal. Digo que es paradójico.

 

Recuerdo una película que se estrenó hace seis o siete años, titulada ‘Gracias por fumar’, que abordaba, desde el cinismo y la ironía, el consumo del tabaco y la postura de políticos, empresarios, periodistas y otros agentes sociales sobre esta práctica.

Escuchando los argumentos que ofrecen hoy algunos analistas, parece que lo correcto sería decir ahora: “Gracias por fumar... marihuana”.

Más en twitter: @javierfumero

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