La Regeneración de ABC

Los entendidos llevan años anunciando el fin del papel. Si la prensa no es más que un conglomerado de titulares llamativos, mejor o peor presentados, ¿por qué esperar 24 horas para leerlos? Y así, entre cinco y diez millones de lectores de periódicos de toda Europa han migrado a los medios en Internet, augurando un negro futuro para las redacciones de los periódicos y provocando ya drásticos recortes de plantilla.

El ‘tsunami’ ha sido de tal magnitud que no se han salvado ni los poderosos. Hasta el mítico The New York Times ha tenido que vender su fastuosa sede para poder sobrevivir. El Senado de los Estados Unidos decidió tomar cartas en el asunto y creó el pasado año un subcomité dedicado a estudiar “el futuro del periodismo” poniendo al frente a John Kerry.

En España hay quien sostiene que el periodismo escrito tiene todavía un trascendental papel que desempeñar en nuestra sociedad: no tiene rival a la hora de articular la opinión pública, de crear foros civiles autónomos donde los ciudadanos reflexionen racionalmente sobre las decisiones políticas, económicas o culturales que afectan a sus vidas.

Este parece haber sido el camino elegido por el consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas, principal muñidor de esta campaña de “Regeneración” que acaba de emprender el ABC. Su intención es recuperar el viejo espíritu de la centenaria cabecera, que se hizo famosa tiempo atrás precisamente por su grado de influencia social.

El ABC primigenio fue durante años un referente social, aglutinó a las mejores firmas del país, provocó movimientos de base, algunos partidos políticos nacieron fruto de su influjo, lideró acciones de revitalización política y económica…

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Hoy, Vargas y el nuevo director del periódico, Bieito Rubido, han decidido retomar aquel espíritu y recuperar aquel impulso regenerador de la llamada Generación del 98. Recordemos: las pérdidas de las últimas colonias por parte de España (Cuba, Puerto Rico, Filipinas) habían dejado al país sumido en una dura postración; en ese momento, un grupo de políticos e intelectuales exigió una regeneración profunda del país.

Francisco Silvela, Miguel de Unamuno, Joaquín Costa, Giner de los Ríos, Pedro Dorado, Emilia Pardo Bazán, Eduardo Sanz, Gumersindo de Azcárate y un considerable número de pensadores propusieron la refundación de las bases morales de España. La propuesta que lanzó ABC hace dos fines de semana quiere entroncar con esta corriente.

El periódico de Vocento ha decidido invitar a sus lectores semanalmente a una reflexión sobre los principales problemas de la sociedad española, para promover una opinión pública interesada en el debate acerca de nuestro presente y nuestro futuro.

Se han señalado los principales males de nuestro tiempo: la corrupción, el desprestigio de la clase política, la crisis económica y educativa, la desconexión entre los grandes partidos, la debilidad de la monarquía y la quiebra del modelo de Estado.

Y se ha invitado a varios intelectuales para que aventuren un diagnóstico y diversas líneas de actuación. Juan Velarde, Xavier Pericay, Eugenio Trías, Manuel Lucena, Fernando García de Cortázar, José Antonio Marina, Irene Lozano, Arcadi Espada, Rafael Argullol, Francisco Nieva, Albert Boadella, José Jiménez Lozano o Mikel Azurmendi han apuntado sus ideas.

Queda por ver si este ambicioso proyecto iniciado por el ABC logra cuajar hasta convertirse en ese referente ideológico que pretende ser. O muere, como flor de un día, agostado por su principal enemigo: la amalgama de contenidos informativos que bombardean a los ciudadanos a través de los modernos terminales mediáticos.

En cualquier caso, parece que el ABC se juega en este envite algo más que un puñado de lectores: yo diría que su propia ‘regeneración’.