Viajar en un tren AVE

Utilicé hace poco un servicio de Alta Velocidad de Renfe. Quizás por eso el trágico suceso de la noche del miércoles, en Santiago de Compostela, me ha impactado más.

Viajé a Sevilla, hace sólo un par de meses. Por asuntos de trabajo. Y me pareció, de nuevo, un medio de transporte colosal. Rápido, cómodo, silencioso, puntual y muy accesible.

El trato del personal fue exquisito. Pude trabajar perfectamente durante el trayecto. Ninguna sensación de peligro. Ninguna señal de riesgo o de temeridad.

Utilicé el AVE un día entre semana, pero los vagones iban llenos. Me sorprendió el gran uso que se hace de este medio de locomoción. Tanto a la ida (muy temprano), como a la vuelta (ese mismo día), apenas había sitios libres. A la salida, en Atocha, me acompañaba una riada de gente.

Por todo lo dicho, no veo ningún motivo para demonizar ahora este medio de transporte. Veamos si se ha cometido alguna negligencia y basta.

Mi más sentido pésame a las familias de los fallecidos: descansen en paz. Y mi solidaridad y cariño para todos los heridos y sus allegados.

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