El cabreo de los liberados sindicales

Me dicen que la vuelta a su puesto de trabajo de los liberados sindicales de ministerios y comunidades autónomas que han sido obligados por el Gobierno a hacerlo está siendo bastante convulsa.

Hay escenas dantescas, un malestar considerable, indignación y promesas de montarla parda. Quienes trabajan en algún departamento ministerial relata plantes, conciliábulos para preparar rebeliones y bronca en general.

Se trata de ese colectivo de unos 3.000 liberados sindicales que, desde el pasado 1 de octubre, se ha visto obligado a regresar a su trabajo. Tanto en ministerios como en las Comunidades Autónomas.

La medida ha supuesto la incorporación inmediata a su puesto de trabajo de 1.260 liberados sindicales en la Administración Central: 400 corresponden a UGT; 359 a CC.OO.; 251 a CSIF; 120 a USO; 12 a CGT; 8 a CSIT-UP; 31 a CIG; 16 a ELA; 10 a ANPE; 13 a STES; 13 a Gestha; 7 a STAJ; 15 a Cemsatse; 3 a Usae y 1 a Fedeca. Entre ellos hay varios miembros pertenecientes a los Comités Ejecutivos de algunos de estos sindicatos.

La reforma laboral del Gobierno Rajoy obligará a hacer lo propio en los próximos meses a otro colectivo de 3.000 funcionarios. El Ejecutivo calculaba un ahorro para todos los ciudadanos de unos 250 millones de euros al año.

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Según algunas estimaciones, en España hay más de 10.000 liberados. En total, hay registrados unos 350.000 representantes sindicales en todo el país.

Qué quieren que les diga: siento mucho la contrariedad que les estará suponiendo a estas personas volver a trabajar, pero es lógico que todos arrimemos el hombro.

Los trabajadores necesitan ahora más que nunca de protección pero también es imprescindible contener la sangría de un Estado que tanto derrocha y asfixia a los españoles.

Más en twitter: @javierfumero