Javier Fumero

Una clave de las primarias del PP está en el censo

El PP no pudo resistirse al impulso generalizado y en el Congreso de 2017 se vio forzado a aprobar, con gran dolor de corazón para algunos dirigentes, el sistema de primarias que ahora permitirá elegir al sucesor de Mariano Rajoy.

Fernando Martínez Maíllo ideó un sistema complejo, a doble vuelta, que ahora se puede revelar perverso.

Militantes y afiliados elegirán a su preferido entre los siete candidatos que aspiran a la presidencia del PP y los dos primeros accederán a la elección final que se producirá en un Congreso extraordinario donde sólo tendrán derecho a voto unos compromisarios elegidos por las ejecutivas locales.

Es decir, que se puede producir –si nadie lo remedia- el estrambote de un candidato que gane en esa primera votación protagonizada por los afiliados y otro, el segundo, que termine superando a su rival por el apoyo mayoritario de los representantes del aparato: los compromisarios.

Si esto sucede, el PP quedará fracturado sin remedio, con un finalista legitimado por las bases pero penalizado al final por los cargos intermedios. Esa herida no habrá quien la suture.

Esta circunstancia sólo se podría evitar en tres casos: a) si uno de los candidatos obtiene un 50% de los votos de los inscritos en la primera vuelta, b) si uno logra una diferencia de 15 puntos respecto a las demás candidaturas o c) si un candidato consigue más de la mitad de los votos en las circunscripciones. En estos casos, no sería necesario afrontar una segunda votación. El congreso extraordinario serviría únicamente para votar a la ejecutiva del ganador.

Sin embargo, la presentación de siete aspirantes ha echado por tierra la posibilidad de que prospere alguna de estas alternativas. El voto se dispersará y habrá, casi con total seguridad, una doble vuelta.

Pero hay otro dato relevante del que apenas se está hablando: el censo.

Los militantes ‘populares’ que quieran participar en este proceso deberán estar al corriente de pago de la cuota de afiliado y registrarse en un censo antes de este lunes. El que quiera votar a uno de los candidatos y a los compromisarios que representarán a las diferentes ejecutivas locales del partido deben apuntarse en una lista.

 

¿Por qué es importante esta circunstancia? Porque durante la semana pasada se han registrado miles de llamadas telefónicas para empujar a las bases a participar. Pero empujas únicamente a los tuyos, a los afines. A otros, que les llame Rita. Y se llama sobre todo desde el aparato del partido. Es decir, que es fácil suponer la importante movilización que habrá logrado el equipo que más poder tiene en Génova 13.

Este análisis me lo hacía la semana pasada un cargo intermedio del partido, un ‘fontanero’ de la formación en provincias con cierta experiencia en este tipo de procesos.

Veremos cómo sale el PP de este embrollo.

Más en twitter: @javierfumero

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