Me explican por qué El País está “muy blando” con el Gobierno

Hay desconcierto estos días en la zona noble del diario El País. Algunos periodistas, de los más veteranos, consideran que el periódico está siendo “muy blando” con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Todo tiene una explicación, añaden.

Sí. Se cargan las tintas contra el Partido Popular, Aznar, Génova y Cospedal. En la portada hay espacio para los papeles de Bárcenas, los regalos de la red Gürtel para la boda del Escorial, para las fiestitas de Ana Mato y Sepúlveda... todo lo que sirva para desgastar a la derecha.

Pero hay muy poca beligerancia contra el Gobierno, en general, y Mariano Rajoy, en particular. Sobre todo, en los editoriales.

Hay quien se abochorna en la sede de El País, por ejemplo, del hecho de que Pedro J. Ramírez les gane en hostilidad. Porque es así. Algunas cartas dominicales publicadas por el director de El Mundo en los últimos meses han sido durísimas, demoledoras, tremendas.

Mientras tanto, el diario del Grupo Prisa se ponía de perfil: ha adoptado un tono mole, razonable.

¿Por qué?

La explicación que me ofrece un profesional de la casa, con galones y años de experiencia, es la siguiente: Prisa ha pedido ayuda al Gobierno. Y parece haberla obtenido.

Hace unos días, el consejero delegado Fernando Abril-Martorell anunció que la compañía estaba a punto de cerrar con los bancos la reestructuración de su deuda bancaria neta, que en mayo el grupo cifraba en 3.004,61 millones de euros. Parece que el acuerdo es inminente. Y que los bancos han escuchado los razonamientos realizados por un destacado dirigente del Ejecutivo.

Pero además, Prisa está muy cerca de pactar la venta de su participación en Digital + a Telefónica, una operación que podría rondar los 800 millones de euros.

 

Sogecable es el principal dolor de cabeza de la empresa pero –como ya se contó en estas páginas- permitiría a Telefónica completar definitivamente la oferta de contenidos de Movistar TV, la mega-plataforma de canales temáticos de pago que está construyendo.

Esta operación sólo tiene una pega: competencia podría tumbar el acuerdo alegando que la multinacional se haría prácticamente con el 90% del mercado de la televisión de pago en España.

En El País sostienen que sus directivos están engrasando las cosas, vía también discreción editorial, para facilitar las cosas y resolver, de una vez por todas, su crítica situación financiera.

Más en twitter: @javierfumero

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