Un nocturno en do menor para Iñaki Gabilondo y CNN+

“No volveré a hacer grandes programas, ni entrevistas”. Iñaki Gabilondo no considera llegada su jubilación (“nadie se jubila de ser periodista”, ha dicho) pero sí cree que termina una etapa de grandes aventuras. Ahora duda entre varias opciones: convertirse en comentarista en algún programa, dar clases en la Universidad, publicar apuntes en prensa, impartir conferencias… y participar como miembro del consejo de la Cadena SER.

Hay quien sugiere que la despedida de Gabilondo evoca claramente el ocaso del Grupo Prisa. Cierra CNN+ por motivos estrictamente empresariales. Comienza el declive de un referente, de un modelo cultural, social y político. Hay motivos para pensar que es así.

El canal ‘todo noticias’ nació en 1999 como el primer acuerdo de Ted Turner con una empresa no americana (Sogecable) para utilizar la marca CNN por una matriz de lengua no inglesa. La franquicia española fue pionera en contratar periodistas multifunción, con capacidad de utilizar cámaras, redactar guiones, rotular, editar, realizar y sonorizar.

Fue también una adelantada en el lanzamiento de la llamada ‘rueda informativa’: repetición de bloques de 18 minutos, con noticias, información meteorológica y publicidad.

Recientemente demostró su pujanza durante el bloqueo del espacio aéreo español por la crisis de los controladores. CNN+ logró su máximo el sábado día 4 (1,8%): batió el récord en la mañana (5,1%), la sobremesa (1,8%) y la tarde (1,8%). Y se impuso al resto de temáticas de actualidad con la última hora del conflicto (2,6%).

El cierre de CNN+ ha desasosegado a la profesión, que tampoco necesita ya muchas excusas para sobresaltarse, dada la precaria situación en la que se encuentra desde hace casi dos años. Los datos del Informe anual de la Asociación de la Prensa de Madrid son sobrecogedores: el 25% de la profesión se ha quedado sin trabajo en 2010 y el 66% ha visto reducido su sueldo.

La noticia ha movilizado al mundo de la cultura. Penélope Cruz, Pilar Bardem, Emma Cohen, Eva Hache, Andreu Buenafuente, Blanca Portillo, Juan Diego Botto y Pepe Viyuela, entre otros, han firmado un manifiesto redactado por los trabajadores de CNN+ para pedir que la plataforma continúe emitiendo.

El comunicado recuerda que el cierre no sólo supone el despido de 200 trabajadores: se priva a la sociedad de “un instrumento vital para la formación de los ciudadanos”. Los comités de empresa de las diferentes divisiones del Grupo Prisa suscriben el escrito que recoge, por ejemplo, afirmaciones como esta:

-- “CNN+ no puede pagar los platos rotos de la mala gestión de la dirección del grupo Prisa, que, transformada en un tiburón financiero, ha olvidado la vocación periodística con la que nació este grupo de comunicación. Nosotros no queremos dedicarnos a las finanzas, queremos seguir haciendo periodismo al servicio de la sociedad. Su errática singladura la tienen que pagar ellos”.

 

No parece que vaya a ser así. Más bien, al contrario.

Entre tanta amargura y dramas personales, la posición de algunos directivos de Prisa se ha visto reforzada en las últimas semanas, algo que no ha sentado nada bien en la compañía. Los trabajadores de CNN+ recuerdan amargamente por ejemplo cómo, mientras se ordenaba el cierre del canal, Juan Luis Cebrián sellaba con los nuevos dueños un acuerdo muy ventajoso para él: tres años más como consejero delegado y unos ingresos mínimos de 9 millones de euros anuales si cumple los objetivos marcados por Liberty Acquisition Holdings.

Por eso, declaran entristecidos, estas son “las peores Navidades para nosotros y las mejores de Cebrián”.

Gabilondo admite que esta no es la despedida que le hubiera gustado. Pero, como él mismo afirma, “en esta profesión no eres tú quien elige; tú no decides nada: las empresas lo hacen por ti”. Y añade:

-- “Me hubiera gustado terminar de otro modo más glorioso, y no envuelto en un cierre tan doloroso para los que están a mi alrededor. Hubiera preferido despedirme con alegría, sí”.

Para el broche final de la noche del pasado jueves, Gabilondo eligió una música especial: el nocturno en do menor de Chopin. Según declaró el periodista, era el más “apropiado para esa hora y ese día”. Quizás sea la pieza más adecuada para el momento que atraviesa esta profesión.

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